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«Palabras semilla»: ¿somos conscientes del poder que tienen nuestras palabras, miradas y gestos?

Discriminación, burla y acoso escolar se problematizan y transforman en una historia y actividades a realizar tanto en casa como en la escuela.

Según Unicef, uno de cada tres estudiantes en el mundo sufre acoso escolar o discriminación y burlas. Puntualizando en Argentina, 7 de cada 10 niños y niñas sufren algún de tipo de acoso y ciberacoso, registrándose un total de 14.800 casos; según datos de la ONG Bullying Sin Fronteras cuyo estudio fue realizado entre enero de 2021 y febrero de 2022. Dichos datos reflejaron un aumento del 20 por ciento con respecto a 2019.

Con el afán de generar una transformación por medio de la lectura comprometida y actividades, la escritora Magela Demarco presentó «Palabras semilla» (La Brujita de Papel, 2022). Para complementarlo, el material cuenta con ilustraciones de Caru Grossi y una guía con aportes y supervisión de la licenciada en Educación Ivana Rugini.

Un proceso reflexivo

«Como siempre digo, mi hijo es el gran maestro de mi vida. No tengo dudas de que nuestros hijos e hijas vienen mucho más evolucionados que nosotros, sus madres y padres. En este sentido, la inquietud para crear este libro vino a partir de algunas situaciones de burlas, de tomar de punto a alguien en su curso. Estas historias luego resuenan con experiencias mías vividas en mi infancia, y vuelvo yo también a ser niña nuevamente«, le contó a Aptus la autora Magela Demarco, consultada por cómo comenzó a tomar forma esta nueva historia luego de «Sola en el bosque«, «Un papá intermitente«, entre otros títulos.

En este aspecto, amplió: «Volví a recordar en qué cosas me sentí discriminada, dejada de lado o burlada. Pasé por varias de esas situaciones en mi infancia y adolescencia, etapa compleja y acomplejada si las hay».

«En mi adolescencia estuve bastante deprimida unos cuantos años porque me sentía gorda. Pasé años ensimismada, obsesionada, sin poder disfrutar de muchas cosas por esto. Recuerdo particularmente unas vacaciones en San Bernardo, donde en plena dieta un adolescente por la calle me gritó ‘Gorda’. Ese chico, que estaba con un grupo de amigos y que tal vez incluso hasta lo hizo para quedar como piola frente a los demás, nunca supo qué tan hondo podía calar esa palabra en mi ánimo, autoestima y amor propio. Ni por cuánto tiempo su voz iba a seguir taladrándome la cabeza. De ahí que me parezca sumamente importante el poder reflexionar sobre esto, sobre el efecto que tienen nuestras palabras, nuestras miradas y nuestros gestos en las y los demás», reflexionó la autora.

En este aspecto, aquellas palabras que decimos, las miradas que esbozamos y los gestos que insinuamos, son vistos como semillas que se esparcen y siembran en los corazones de las demás personas: «Semillas que germinan en forma de pimpollos, flores y frutos si se trata de palabras y gestos amorosos. O, en forma de espinas, abrojos, que nos pueden hacer daño. Al mismo tiempo, todas y todos somos semillas que nacemos con un potencial para desarrollar que está latente y necesita determinadas condiciones para poder manifestarse. El afuera puede acompañar, favorecer y estimular este proceso, o puede ralentizarlo, frenarlo hasta incluso cercenarlo. Ahí entran en juego nuestras palabras, miradas, gestos para con las y los demás».

Respecto de las ilustraciones, Caru Grossi nos compartió: «Siempre las ilustraciones cuentan y transmiten emociones. En el caso de ‘Palabras semilla’, estas emociones debían ser completamente explícitas y gráficas. Mostrar dolor, angustia, tristeza, o alegría, amor, compañía, escucha».

En este libro, la ilustradora sintió que debía mostrar una diversidad de corporalidades y personajes para visualizar las distintas realidades. «Ver formas que muchas veces no encontramos dibujadas en los libros», explicitó. Es así que cada personaje cuenta con un rasgo particular. Con su forma singular de ser y estar. Y así se alienta a desarrollarse desde ahí, desde lo singular de cada persona.

«Personalmente me costó un montón abrazar mi forma única de ser y no querer ser otra persona. Una vez que tomé conciencia de la importancia de que cada uno y cada una sea y se exprese desde su singularidad, entendí que tenemos que trabajar fuerte para instalar esto. Primero en nosotras y nosotros. Luego, en la sociedad. Es urgente que dejemos de reforzar y replicar un modelo estandarizado. Duele mucho tratar de encajar. No es justo pasarnos una vida entera allí», reflexionó.

«El problema somos los adultos»

No hay límite de edad para tomar contacto con este material: «Sucede que muchas de las cosas que dicen las niñas y los niños son una repetición de lo que escucharon en sus hogares. Aspiro a que los y las más grandes también lean esta historia a ver si logramos de una buena vez tener más empatía, solidaridad y amor con las y los demás«.

Y agregó: «Escucho muchos discursos de odio, elitistas, racistas, estigmatizantes. En pleno siglo XXI sigue habiendo personas que creen que valen más que otras por haber nacido en hogares con mayor poder económico. En cambio, cuando una mamá me escribe para contarme lo que le dijo su peque de solo cinco años sobre el libro, vuelvo a respirar hondo y sonreír. Dijo: ‘No hay que decir cosas malas porque se te rompe el corazón. Si decís cosas lindas, te ponés contento‘. Las y los más chicos entienden todo. El problema somos los adultos».

«Palabras semilla», de Magela Demarco (Gentileza: Magela Demarco)

Y vos, ¿Qué palabras semilla vas a plantar?

“Nuestras palabras tienen poder. Nuestras miradas y gestos, también. Nos pueden entristecer, angustiar, derrumbar. O nos pueden acompañar, impulsar, abrazar y permitirnos descubrir que tenemos alas, por si queremos volar. Alguna vez, ¿nos pusimos a pensar qué palabras usamos y cuál es el impacto que tienen? ¿Qué crean nuestras miradas? ¿Qué amasan nuestras bocas? ¿Qué alojan nuestros cuerpos? Un inspirador libro-álbum lleno de palabras semilla. Y una invitación a sembrar las propias” (Contratapa de «Palabras semilla»)

«Este libro es una invitación a tomar conciencia, a detenernos y observar qué palabras y actitudes elegimos tener frente a las y los demás y a nosotras y nosotros mismos. Sin dudas, es una invitación a mirar y mirarnos sin juzgar«, expresó Caru.

Al material lo acompaña una guía de actividades para realizar tanto en casa como en cualquier otro tipo de espacio, incluyendo las aulas. A la misma se puede acceder mediante el escaneo de un código QR en la contratapa del libro.

Este material contó con aportes y supervisión de Ivana Rugini, quien le dijo a Aptus: «Esta guía se diseñó basándose en el daño que se hace con palabras arrasadoras, gestos descalificadores y miradas burlonas. Nuestra intención es acercarles estos ejercicios a docentes, profesionales de la salud y a las propias familias. Que puedan tener herramientas concretas que posibiliten registrar qué cosas hacen doler a los otros. Y, si les hace mal a los otros, es porque me hace mal también a mí».

Sobre las actividades, profundizó: «Una de ellas consiste en colocar en una bolsa papelitos escritos con palabras que nos han dicho o hemos escuchado. Luego, sacar azarosamente y conversar sobre los significados de estas palabras. Es para trabajar la comprensión amplia del peso de la palabra, del impacto en el otro y no escucharnos en que ‘no es una mala palabra'». Es por ello que se destaca la importancia del trabajo sobre las consecuencias de los propios actos y dichos, ya que el lenguaje se va modificando y como adultos debemos preguntarnos qué significan determinadas palabras, si se trata de algo despectivo, entre otras cuestiones.

«Y, para cuando la burla ya se hizo, la mirada ya se dirigió, y el gesto agresivo ya se realizó, quedan dos conceptos sanadores. Uno es la reparación, con disculpas sinceras. El otro, la compensación, tanto hacia esa persona como hacia otras. Cuando no podemos pedirle disculpas a quien fue agredido porque ya no está o no sabemos quién era, se puede hacer un acto de bien a cualquier persona anónimamente. Así, quien fue agresor, también puede redimirse y convertirse en sembrador de semillas de amor«, concluyó la experta.

«Palabras semilla», de Magela Demarco (Gentileza: Magela Demarco)

 

El material puede conseguirse físicamente en todas las librerías de la ciudad, así como también en su versión digital. En ambos formatos también puede adquirirse a través del sitio web oficial de la editorial, a un costo de $1500.-