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Lecturas de corrido: cuentos en busca de lectores

La Universidad cumple un rol fundamental en otorgar visibilidad y difusión a autores aún no instalados en el circuito comercial de la ciudad

En alianza con la revista literaria El Corán y el Termotanque, la UNR Editora lanzó una colección de cuentos breves para visibilizar autores locales. La propuesta surge como una tarea de extensión para promocionar la lectura en la ciudad y reutilizar recortes de papel que sobran en el taller de impresión. «Esta es una colección absolutamente descontracturada, hoy los libros tienen este formato, pero quizás más adelante tengan otro en función de los recursos que reutilicemos», comenta Nadia Amalevi, directora de la editorial universitaria.

Por su parte, Nicolás Manzi, coordinador de ediciones de la Editora UNR, cuenta que la iniciativa nació a partir de una propuesta para seguir trabajando la difusión de autores locales, y al mismo tiempo bajar algunos costos: «Nosotros teníamos en el taller papel que ya estaba pagado, de libros que habíamos impreso y, de esa manera, hicimos una sociedad en la que nos favorecemos todos con dos acciones que se complementan, una pensando en el lector y otra pensando en los autores locales».

El Corán y el Termotanque se mantiene desde el 2011 a pulmón con un colectivo de artistas y escritores que colaboran semanalmente cubriendo eventos culturales de la ciudad y con diferentes producciones literarias. En el equipo trabajan Juan Campos, Jeremías Walter y Fernando Galaski, entre otros.

Los cuentos son de entrega gratuita y la idea es que los libros salgan al encuentro del lector y no al revés, para complementar el proceso clásico de las ferias, presentaciones o librerías: «La colección se llama Lecturas de corrido porque es un formato dinámico, nuestro objetivo es intervenir la ciudad con estos textos, irrumpir en espacios donde, quizás, la persona que recibe el cuento no estaba dispuesta a leer, como en un colectivo», dice Juan Campos.

La selección de los autores se hace desde la revista: generalmente son escritores que ya colaboraban y que envían relatos demasiado extensos para la versión web o impresa y cortos para ser un libro. Con este nuevo formato que propone la editora de la Universidad, los relatos no se pierden y se difunden. El diseño de los cuentos está a cargo de Brenda Galinac y Lara Barovero y son corregidos por Marilina Negri. Hasta el momento fueron publicados los títulos: «Dinosaurios», de Eva Wendel y «Hay que esperar», de Leonardo Oittana.

Lucas Paulinovich, uno de los integrantes de la revista, explica que este formato de lectura de corrido es una manera de invitar y hacer un pantallazo rápido de las cosas que se producen en la ciudad: «Nuestra misión es revalorizar la literatura de Rosario por la calidad que tiene y, además, porque es una literatura que nos interpela mucho más directamente».

La directora de la editorial de la UNR subraya el rol fundamental que tiene la Universidad en otorgar visibilidad y difusión a autores aún no instalados en el circuito comercial de la ciudad. «En las librerías de Rosario, García Márquez o Galeano venden literatura, pero la gente no se anima a descubrir otros autores. Este formato es una apuesta de la Universidad para visibilizar a algunos escritores que no tienen la posibilidad de ser editados», señala Amalevi.

«Hay un nuevo paradigma cultural en la ciudad y nosotros estamos pensando de qué manera compatibilizar y asociarnos con otros emprendimientos, porque creemos que es la mejor manera de sacar fruto a este contexto», dice Manzi y agrega que en este momento en el que la tecnología impone que internet sea el centro de todo, es interesante pensar este proyecto como un regreso a ciertas raíces: «Seguimos apostando a que el papel sea un espacio de la lectura, de reflexión. Mi deseo es que esta colección tenga tiradas mucho mayores y que la circulación se haga reconocida, que la gente espere el próximo cuento».

Los pequeños libros publicados por la Editora de la UNR evocan el estilo del folletín moderno. Apenas son impresos salen a la calle, nacen para circular por lo urbano, para adaptarse al ritmo de los que caminan la ciudad y ser consumidos al paso. Son impresiones de bajo costo para difundir la literatura local, así como los folletines franceses surgieron para que los sectores menos favorecidos, recientemente alfabetizados, pudiesen acceder a una literatura de consumo masivo. Y a través de estos folletines del siglo XIX autores como Balzac, Alejandro Dumas, Victor Hugo y Flaubert fueron publicados y conocidos por la sociedad. ¿Se animará Rosario a descubrir a sus escritores?

Fuente: unr.edu.ar
Imagen: unr.edu.ar