Las habilidades de la inteligencia artificial (IA) se relacionan en el imaginario con desarrollos científicos o innovaciones que permiten optimizar el rendimiento de complejos sistemas informáticos pero también pueden contribuir a la utilización correcta de una lengua milenaria, un objetivo que alienta el acuerdo que acaban de sellar la Real Academia Española (RAE) y Microsoft para potenciar el buen uso del español en todas sus aplicaciones y productos de revisión ortográfica y gramatical.
La RAE está dispuesta a demostrar que no es solamente una institución solemne integrada por veteranos lingüistas y literatos que buscan preservar la pureza de la lengua española o, en todo caso, la intención es acreditar que no escapa al signo de los tiempos y que la fusión entre tradición y modernidad es la fórmula adecuada para defender la buena práctica de un idioma que hablan alrededor de 600 millones de personas y seguir contribuyendo a su expansión.
Con esa estrategia, la institución que regula el uso de la lengua acaba de sellar un convenio con la corporación tecnológica fundada por Bill Gates para facilitar el acceso al Diccionario de la Lengua y a sus 375.000 conjuntos de datos.
A partir de ahora, la compañía multinacional alojará en sus plataformas el acceso al Diccionario y las correspondientes actualizaciones anuales -del orden de entre 1.000 y 2.000 entradas nuevas- para su uso en las aplicaciones de Microsoft 365, sistemas embebidos, el buscador Bing y todos aquellos productos orientados a mejorar la revisión ortográfica y gramatical o crear modelos de traducción y transliteración automáticas basados en tecnologías de inteligencia artificial.
Este material, que involucra las distintas variedades de la lengua española que se hablan en España y los países latinoamericanos, contribuirá a entrenar las aplicaciones de inteligencia artificial de la compañía, poniendo el foco en evitar sesgos del lenguaje y en mejorar las habilidades de procesamiento del lenguaje.
Hace dos años, Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, proclamó a los cuatro vientos el nuevo reto de la centenaria institución: enseñar español a las máquinas, evitar que la tecnología degradase la lengua de Cervantes. Con ese ánimo creó el proyecto LEIA (acrónimo de Lengua Española e Inteligencia Artificial), una de las grandes apuestas de futuro de la institución, que está inmersa en una renovación tecnológica, asegurando su posteridad.
«El proyecto LEIA se ha ideado con un objetivo principal: que las máquinas, y todas las herramientas digitales, utilicen un correcto español. A partir del siglo XVII la RAE consiguió que sus normas fueran seguidas y se armonizaran y generalizaran los mismos usos ortográficos, gramaticales y léxicos de nuestra lengua. Ya en los siglos XIX y XX logró mantener su unidad, y ahora en el siglo XXI la Academia quiere regular el lenguaje de las máquinas, de la inteligencia artificial, para continuar una labor desempeñada con éxito durante más de 300 años», indicó ahora a Muñoz Machado a la prensa española.
El procesamiento de lenguaje natural (NLP, por sus siglas en inglés), con el que trabajan en Microsoft Azure, ya permite detectar el idioma de un texto, identificar sus frases clave, analizar el sentimiento que en el predomina, convertirlo a voz e, incluso, resumirlo.