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«Infancias, familias y redes sociales», hacia una gestión saludable

Este sábado, 17 de septiembre, la Feria del Libro de Rosario contará con un espacio para dialogar sobre Ciberconvivencia, realizando un abordaje que incluye a familias y escuelas.

La edición 2022 de la Feria del Libro de Rosario se prepara para vivir sus últimas jornadas, sin dejar de lado ninguna temática por abordar y ampliar. En este aspecto, el sábado 17 desde las 16, el Espacio Hugo Diz (ubicado en el tercer nivel del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa), albergará la charla «Infancias, familias y redes sociales», a cargo de la psicóloga e investigadora Silvana Best.

La especialista es autora del libro «Ciberconvivencia, ¿es posible su gestión en la escuela?« (Editorial Bonum, 2022) declarado de interés por la Cámara de Diputadas y Diputados de la Provincia de Santa Fe. En esta jornada, además de presentar su material, abrirá la posibilidad a dialogar sobre el entorno digital y cómo las y los adultos intervenimos y mediamos en este nuevo espacio que atañe a infancias, adolescencias y, también, a las escuelas.

La socialización digital: los adultos y las adultas gestionando

En diálogo con Aptus, la especialista indicó: «Las redes sociales y su vínculo con las familias e infancias tiene varias aristas ligadas a la socialización digital que tanto niños, niñas como adolescentes, reciben en el seno de su familia, de sus hogares«.

En este punto, remarcó acerca de la gestión que deben hacer madres, padres y familiares. Por ejemplo al momento de pensar en los propios contenidos que se generan en las redes sociales en torno a sus hijos: qué exposición se le da a la vida familiar, a qué objetivos se obedece con ello, con qué cuidados se cuenta respecto de la seguridad, o la configuración de privacidad de los perfiles que estos padres, madres y familiares poseen permitiendo tener acceso a esos materiales compartidos. A su vez, ahondó en torno a la concientización sobre el uso de los dispositivos por las y los más pequeños.

«En Argentina y a nivel mundial, los chicos acceden a tener su primer celular más o menos a partir de los 7 u 8 años. Lo primero que hacen es configurar su cuenta de WhatsApp porque el gran objetivo de tener celular es poder estar en comunicación, generalmente, con sus compañeros de escuela«aseveró Best.

«En estos días trabajé con chicos de primer y segundo año de la secundaria, que tienen 13 y 14 años, y el planteo que hacían del uso de las redes era esto mismo, un uso social, que es lo que se releva en distintas investigaciones», resaltó.

Sobre ello, remarcó la importancia de la presencia de los adultos gestionando de manera saludable a partir de herramientas brindadas, para lograr que el uso sea favorable y enriquecedor de aquellas relaciones que se tienen cara a cara «en entornos más analógicos, de interacción». Por el contrario, que no aparezcan riesgos, incluyendo aquellos más severos como son los casos de ciberbullying o ciberagresión.

Ciberbullying y ciberagresión

«Es clave hablar de estos conceptos con nuestros hijos. Explicarles que en la web, no sólo circulan las fotos o contenidos que compartimos, sino que esos contenidos van cargados de emociones. Que no las percibamos no significa que la gente no las sienta. De hecho, las registramos nosotros mismos porque cuando otro hace un posteo, algo nos despierta. Entonces tenemos que dar herramientas para que la empatía, incluso en un entorno digital, se comience a trabajar«, remarcó.

A su vez, ahondó en la necesidad de acompañar desde un lugar de respeto. Esto es, «dando herramientas para que nuestra hija o hijo pueda hacer uso pero no obrando nosotros en calidad de sus representantes, ya que al hacerlo obramos generalmente por las reacciones que se generan en nosotros mismos, lo cual entorpece muchas veces la situación de los chicos».

Pensando en los contenidos compartidos en redes sociales, en los audios enviados, los escritos o alguna imagen como un sticker, meme, gif, incluso videos, la experta resaltó la dificultad que se genera en torno a «decodificar la pragmática del lenguaje, es decir, en qué contexto estoy diciendo las cosas«.

«En un entorno presencial, vamos viendo cómo la otra persona va recepcionando lo que le digo, y yo entonces ahí voy modificando o regulando mi intención con lo que quiero comunicar, modifico las palabras, el tono de voz. Todo esto en internet no se puede hacer. En el contexto digital, se pierde el registro de lo que al otro le pasa gestualmente«, indicó.

Esa falta de encuentro en tiempo real con la otra corporalidad, hace que «haya mayor riesgo de malos entendidos en la comunicación», cuestión que se acrecienta cuando los niños y niñas son más pequeñas y están haciendo sus primeras experiencias en entornos digitales.

Como consecuencia, en muchas familias se genera mucha angustia, muchas veces desmedida. «Seleen estas situaciones como acoso o abuso, siendo ocasionales o que hasta no tienen continuidad en la escuela», especificó.

Como resultado, hay una reacción desmedida de los adultos que al niño o niña «tampoco le sirven«. Sobre ello amplió: «Se asustan y hasta temen la prohibición del uso de las tecnologías. Entonces ahí el niño o niña queda más vulnerable todavía. Pierde la posibilidad de confiar en nosotros como adultos que deberíamos poder ser un buen modelo para dar soluciones. Y, por el contrario, no inmiscuirnos nosotros en sus vínculos sin tener muy en claro qué está pasando«.

En este aspecto, es importante no adjudicar sentidos, incluso sobreponerlos a lo que las y los niños interpreten de ese posteo que hizo su compañero o compañera: «Los adultos tenemos que estar mejor formados como ciudadanos digitales para poder ser buenos mediadores y brindar las herramientas necesarias para usar esta tecnología».

Uso y abuso de las tecnologías digitales: el desafío del equilibrio

La familia es el agente de socialización primaria. Sobre este concepto, Silvana Best subrayó la importancia de trabajar y pensar «cómo les estamos mostrando, qué significados estamos depositando los adultos sobre los entornos digitales».

Sobre ello, ejemplificó: «Vemos a diario mamás y papás acurrucando a sus niños, intentando calmarlos, todo ello mientras están leyendo sus celulares o mandando mensajes. Familias que están sentadas compartiendo el momento de un almuerzo o una cena, y los adultos están con sus dispositivos muy conectados con la vida digital pero no con ese momento de encuentro cara a cara con sus familiares».

En estos pequeños gestos que se encuentran en la vida cotidiana diaria, las y los adultos «transmitimos el equilibrio». Por tal motivo, el gran desafío es lograr ese equilibrio para sostener la realidad aumentada en la que vivimos. Es innegable que, además de hacer cosas en entornos «cara a cara», muchas otras se realizan en entornos digitales. Por ello la importancia ronda en cómo se conjugan ambos espacios para evitar situaciones de mal uso o abuso de las tecnologías.

«Hay un principio básico que es el de preguntarnos cosas cuando ingresamos a una red social. ¿Por qué lo hago? ¿Para qué, con qué finalidad? Esto nos permite discernir si hacemos un uso adecuado o un abuso. La idea es tener claridad de que estos recursos son asistentes magníficos para la vida y tienen mucho potencial para enriquecernos en el aprendizaje, el trabajo, el desarrollo, pero hay que recordar que somos ciudadanos digitales, que tenemos que ser responsables en el uso que hacemos», recomendó.

Hacia una ciberconvivencia saludable

Finalmente, la experta indicó que en la cotidianidad, muchas veces sucede que la convivencia familiar pasa por las redes: «Encontrar alguna serie en alguna plataforma de streaming que oficie como punto de encuentro, para compartir y disfrutar como un modo de algo que tenemos que hacernos cargo».

«Internet promueve mucho de lo que se llama ‘la cultura del dormitorio’. Niños, niñas y adolescentes quedan muy solos en su acceso al mundo digital con muy poca o sin nada de información por parte de adultos, sin normas consensuadas familiarmente respecto del uso, y con modelos de adultos que no resultan referentes fecundos cuando no hay un adecuado equilibrio entre la vida digital y la vida cara a cara«

Para concluir, Best resaltó que hay mucho por trabajar en materia de convivencia y ciberconvivencia. «Las familias, la comunidad en general, tiene un rol importantísimo«, remarcó. A su vez, hizo hincapié en el ejemplo del bullying y ciberbullying que no es «un problema exclusivo de la seño o de la escuela» sino que nos atañe socialmente. Debemos poder generar respuestas de compromiso y solidaridad a nivel social.

«La familia es clave para poder mitigar el impacto negativo que da la situación de bullying y acoso«, expresó. E indicó que existen distintas herramientas emocionales y sociales que ayudan a que esto suceda. 

«Infancias, familias y redes sociales» tendrá lugar este sábado en la Feria del Libro Rosario (Gentileza: Silvana Best)


Todas estas aristas, y muchas otras más, se abordarán este sábado 17 de septiembre a partir de las 16 en el Espacio Hugo Diz
, casi culminando con 10 días de la Feria del Libro de Rosario. «Trabajaremos en el marco de una charla, que no pretende ser una conferencia sino un intercambio o diálogo. Estaré ampliando algunas ideas sobre qué es importante que en casa tengamos en claro los padres. Y así, que se potencien en su formación como ciudadanos digitales«, concluyó la autora, quien además indicó que estará firmando ejemplares de su libro. Para esta actividad no se necesita inscripción previa.