Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

Educación financiera en Argentina: una deuda pendiente con el futuro

La educación financiera debería ser un derecho esencial desde la escuela. Sin embargo, aún hoy en Argentina son pocos los espacios donde niños, niñas y adolescentes aprenden a manejar el dinero, planificar gastos o comprender cómo funciona la economía que los rodea.

¿Qué es la educación financiera?

La educación financiera es mucho más que aprender a ahorrar. Se trata de formar ciudadanos capaces de tomar decisiones económicas informadas, responsables y sostenibles, tanto en su vida personal como en su comunidad.

Incluye nociones como:

  • Cómo hacer un presupuesto
  • Qué es el interés compuesto
  • Cómo funcionan los créditos y los impuestos
  • Qué es el consumo consciente
  • Qué riesgos tienen las deudas o las estafas digitales
  • Cómo invertir, incluso con montos pequeños

En definitiva, enseñar educación financiera es enseñar autonomía.


¿Cuál es la situación actual en Argentina?

Aunque desde 2018 el Banco Central de la República Argentina (BCRA) promueve una estrategia nacional de educación financiera, la llegada efectiva de estos contenidos a las escuelas todavía es limitada y desigual.

  • No existe una materia específica obligatoria en la currícula nacional.
  • En algunos casos se incorpora dentro de espacios como “Construcción de la ciudadanía” o “Economía”, pero depende del nivel, la provincia y el proyecto institucional.
  • En sectores vulnerables, donde más se necesita, el acceso a contenidos financieros es escaso, y el desconocimiento puede generar ciclos de endeudamiento o dependencia económica desde edades tempranas.

¿Por qué es tan importante hoy?

Vivimos en un mundo atravesado por decisiones económicas constantes, desde elegir entre comprar en cuotas o al contado hasta comprender cómo afecta una suba del dólar.

Además:

  • Cada vez más jóvenes usan billeteras virtuales, compran online o invierten en criptomonedas, muchas veces sin información ni acompañamiento.
  • La educación financiera construye ciudadanía: entender cómo se recauda y gasta el dinero público, qué es el presupuesto nacional o cómo impacta la inflación en los salarios.
  • Ayuda a reducir la vulnerabilidad económica y fomenta la igualdad de oportunidades.

¿Qué se está haciendo?

Algunas iniciativas públicas y privadas están trabajando para cambiar esta realidad:

  • Junior Achievement, Fundación Itaú, Fundación Banco Macro y otras organizaciones llevan adelante talleres y programas de educación financiera en escuelas de todo el país.
  • El BCRA ofrece materiales didácticos y capacitaciones docentes.
  • Algunas provincias, como Córdoba y Mendoza, han incorporado proyectos piloto en escuelas técnicas y secundarias.

Pero aún falta una política pública integral que garantice el acceso sistemático y federal a la educación financiera para todos los estudiantes del país.


¿Cómo se puede enseñar educación financiera en la escuela?

Con creatividad, vínculo y contexto. Algunas ideas prácticas para docentes:

  • Simuladores de presupuesto familiar: jugar a administrar un sueldo mensual, con imprevistos incluidos.
  • Debates sobre consumo responsable: ¿comprar por moda o por necesidad?
  • Análisis de publicidades y marketing: cómo influyen en nuestras decisiones.
  • Talleres con emprendedores locales: aprender sobre ahorro, inversión y riesgo desde experiencias reales.
  • Proyectos de miniempresas o ferias escolares donde se gestionen costos, ingresos y ganancias.

Lo ideal: incluir estos temas desde la primaria, con un lenguaje accesible y adaptado a cada edad.


Sin educación financiera, no hay inclusión posible

Si queremos formar ciudadanos libres, críticos y con herramientas para construir su futuro, la educación financiera no puede seguir siendo opcional ni elitista.

Es momento de que las escuelas argentinas enseñen no solo a sumar, sino a decidir con conciencia, administrar con responsabilidad y proyectar con esperanza.