Para un profesor tener en el aula a un niño con síndrome de Asperger es un reto diario que requiere de total colaboración por parte de los padres y, si es posible, la ayuda de un educador de apoyo que será un pilar fundamental para poder organizar y evaluar resultados en la atención, más personalizada, del niño con Asperger, sin descuidar al resto de la clase.
Puede ser una experiencia muy satisfactoria si sabemos cómo manejarla. El portal ayudaparamaestros.com brinda una serie de pautas que se podrían aplicar a los niños en general, pero hay que tenerlas mucho más en cuenta con los niños diagnosticados de Asperger:
- Calma: El proceso de adaptación no es rápido. El niño necesita encontrarse seguro y el profesor conocerlo, y eso puede llevar unos meses.
- Tranquilidad: Evitar ruidos y situaciones estresantes para el pequeño. Cuanto más calmada sea la clase menos estrés tendrá.
- Inclusión: Es muy importante como profesor contagiar al resto de la clase la paciencia y el respeto por el niño con Asperger.
- Flexibilidad: Es necesario rebajar la exigencia porque el pequeño no es estable emocionalmente.
- Tiempo Asperger: Las prisas no son buenas para nadie pero menos para ellos. Les provocan ansiedad y se bloquean, no pueden ni escuchar ni entender.
- Rutinas: Crear y enseñarle rutinas diarias en la escuela es básico. Escribirlas, tenerlas a la vista, mostrárselas según se realizan, lo tranquiliza y le da seguridad.
- Planes alternativos: Debemos hacer que sepa que a veces puede cambiar la rutina por algún imprevisto.
Todo se resume en proporcionarle un ambiente lo más relajado posible, sin presiones, en el que lo observaremos para así llegar a su forma de ser e, incluso, si no anticipar sus reacciones, saber qué hacer cuando se agobie o se bloquee.
Fuente: ayudaparamaestros.com
Imagen: infobae.com
