La ortografía engloba el conjunto de normas y convenciones que rigen el sistema de escritura habitual que se ha establecido para una lengua determinada, y para muchos consiste en una gran piedra en el zapato.
La lectura y la práctica en la escritura resultan claves a la hora de mejorar el desempeño, pero además se pueden seguir algunos consejos para perfeccionar a los alumnos en la materia. El sitio Aula Planeta menciona los principales.
Marcar faltas ortográficas: ahí donde las veas, marcá las faltas de ortografía. El mundo que se encuentra fuera de las paredes del aula está repleto de incontables de estos errores, y una buena manera de que todos los reconozcan es señalándolos para que no se repitan.
Acortar las normas ortográficas según el entorno en el que se utilicen: pese a que muchos lo consideran una devaluación del lenguaje, resulta innegable que no hablamos de la misma manera a través de los celulares que cuando lo hacemos de viva voz.
Hay que enseñar a los chicos que la rigidez ortográfica de un mensaje a veces responde a un código que se encuentra condicionado por factores como el medio comunicativo que se esté utilizando, el objetivo que se pretende alcanzar con esa comunicación o, sobre todo, al grado de exigencia que el emisor de ese mensaje tenga sobre su propia ortografía.
Hacer de su aprendizaje un juego: existen plataformas como cazafaltas, cómo dije qué dijo o, para los más pequeños, Mouse, que permiten a sus jugadores descubrir cómo escribir correctamente una o varias palabras en un entorno (video)gamificado, mientras se divierten.
Divertirse: la ortografía puede ser una importante fuente de diversión, a partir de dobles sentidos, palabras de diferente significado que se escriben de forma igualmente diferente pese a sonar igual, se pueden hacer sopas de letras, crucigramas. Y mientras se juega, también se aprende.
Leer mucho: es la mejor forma de adquirir competencias ortográficas y en lectoescritura, aprendiendo además a través del disfrute de algo tan importante para la formación (y la vida) de cualquier persona como es sumergirse en un libro interesante.
Acostumbrar a los chicos a consultar el diccionario: versiones pensadas para dispositivos móviles de páginas como la del Diccionario de la lengua española, de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), permiten disponer de forma inmediata de lo que antes suponía el peso equivalente a cientos de páginas de definiciones con total comodidad.
Enseñar con el ejemplo: la educación, ortográfica y de cualquier otro tipo, empieza en casa. Escribir es un acto comunicativo más íntimo, por lo que determinados errores pueden pasar desapercibidos, pero el habla crea hábitos ortográficos positivos y negativos.
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