Quizás se trate de la mayor innovación educativa de América Latina en formato, impacto y capacidad de escalabilidad. La primera razón es que se trata de una revolución escolar, un cambio de modelo de escuela. No va por fuera de las escuelas, como las múltiples plataformas e iniciativas que circulan por vías digitales. Y no es una sola escuela, como tantas experiencias que existen en la región.
Son escuelas y son muchas. Y son distintas a todo. La primera Innova School nació en Perú en 2005 por iniciativa de Jorge Yzusqui, el líder del proyecto. Hoy son 19 escuelas con 9 mil alumnos. Para 2020 se proponen ser 70 escuelas con más de 100 mil alumnos.
¿Qué son? ¿Cuál es su revolución? Son escuelas pensadas con otro modelo arquitectónico, son lindas y funcionales. Las aulas y espacios están diseñados para una pedagogía flexible y adaptable. La escuela entera se abre y despliega en múltiples formatos.
Son escuelas conectadas plenamente a internet. Sus docentes suben las clases a una nube digital interna que socializa pedagogía en todas las escuelas de la red. Las clases se reescriben colectivamente con cada experiencia. El equipo central del proyecto utiliza todo este material y las evaluaciones on line de los alumnos para hacer una analítica de los aprendizajes y medir qué funciona y qué no.
Son escuelas con una metodología híbrido de blended learning: 70 % del tiempo trabajan en equipos con desafíos y proyectos, 30 % trabaja cada alumno solo con una computadora haciendo actividades a su propio ritmo. Las aulas en esta segunda modalidad abren un biombo y se multiplican hasta llegar a 60 alumnos a cargo de un docente que va asistiendo a los que tienen dificultades.
Son escuelas para una nueva clase media emergente en América Latina, que en Perú creció extraordinariamente en la última década. Escuelas privadas, pagas, pero a bajo costo (especialmente si se considera la calidad de su oferta e infraestructura).
Fuente: futuroeducativo.com