La Federación Argentina de Diabetes (FAD) busca concientizar sobre que, en ocasiones, la comunidad escolar, los papás y sus compañeros y compañeras deben prepararse para lo que implica que en el aula haya un alumno con una enfermedad crónica como la diabetes.
Según se informó, es fundamental contar con la información necesaria, que haya buena comunicación entre los involucrados y tomar determinadas medidas para prevenir que el niño tenga hipoglucemias, que son bajas bruscas de los niveles de azúcar en sangre, que pueden generar desmayos, pero que son sumamente evitables.
La presidente de la FAD, Judit Laufer, señaló que los chicos pasan muchas horas en el colegio y «que haya un alumno con alguna patología en el aula implica tener que brindarle algún tipo de atención especial y esto va de la mano de la información. Es un rompecabezas que se construye entre el médico tratante, la familia y la escuela».
¿CUÁLES SON LAS TAREAS DE PADRES Y MADRES?
Laufer, quien fue docente y tiene un hijo con diabetes, reveló además: «Los padres deben asegurarse de que el niño lleve siempre en su mochila todo lo que necesita (lapicera de insulina, tiras reactivas, medidor de glucemia y alguna colación), que el docente lo sepa y que todo esté bien resguardado».
En tanto contó que tiene un hijo al que le diagnosticaron diabetes a los 17 años y cuando se enteró de la situación fue «un momento muy difícil», a la vez que dijo que no tenía antecedentes de la enfermedad a nivel familiar y reveló que en la actualidad «la diabetes no debería ser un impedimento para tener una vida plena».
Uno de los tantos kit de insulina que existen para niños y niñas.
¿CÓMO DEBE COMPORTARSE UN DOCENTE?
Especialistas en el tema explicaron que si el docente percibe que el menor comienza a sudar en exceso, si está algo «perdido» o si parece que va a desmayarse, podría tener baja la glucemia y lo ideal es que se la mida con su dispositivo para confirmarlo.
En caso de que se perciba que el descenso fue brusco, hay que actuar dándole algo dulce, un caramelo o un vaso de jugo, para evitar el desvanecimiento, porque podría golpearse contra algo y lastimarse.
Además los padres tienen que conocer los niveles deseables de glucemia para su hijo -información que brinda el médico- y el docente debe estar al tanto de esos valores para tenerlos siempre como referencia.
Por su parte, la doctora Lidia Caracotche, médica diabetóloga, miembro del Comité Científico de la FAD y especialista en Nutrición Infantil de la Sociedad Argentina de Pediatría, explicó que aunque no hay datos cuantificados en el país, el estudio multicéntrico SEARCH señala que «cada mil niños menores de 10 años, 0.78 tiene diabetes tipo I y en jóvenes de entre 10 y 19 años, hay 2.8 cada mil».
Proyectando cifras del INDEC a partir de estos resultados, habría en Argentina cerca de 23 mil niños y jóvenes con diabetes, por lo que es esperable que cada docente alguna vez tenga en el aula al menos un alumno con la enfermedad.
¿QUÉ ES LA DIABETES?
La diabetes se presenta cuando el páncreas no puede producir insulina, que es una hormona que permite que la glucosa en sangre pase a las células del cuerpo en forma de energía, y si no funciona correctamente, la glucosa se acumula en la sangre y con el tiempo puede ocasionar daños en vasos sanguíneos, órganos y tejidos.
Las formas más comunes son la diabetes tipo 1 y la tipo 2, la primera aparece con mayor frecuencia en etapas tempranas de la vida, representa alrededor de 1 de cada 10 casos y no se puede prevenir. Aquí el organismo no produce insulina, por lo que esta hormona debe ser administrada todos los días.
Que pasa si la escuela no acepta pautas de la doctora no se lo controla solo yo tengo que ir que soy su mamá la escuela no quiero hacer nada ni pasar un sensor ni ayudarlo que aprenda a administrarse solito la insulina