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Laura Wittner: “En la traducción, muchas veces hay que apropiarse del texto”

Santiago La Rosa y Soledad Urquia, fundadores del sello Chai en 2019, apuestan a traducir y editar narrativa contemporánea extranjera.

En esa búsqueda, eligen traductores que, en su mayoría, son escritores que asumen la tarea con la certeza de que muchas veces, para ser respetuoso del texto original, es necesario dejar un huella.

A Tomás Downey, Jorge Núñez, Virginia Higa y Esther Cross se sumó la poeta y escritora Laura Wittner, a cargo de la traducción de “La Tejonera”.

“Queríamos trabajar hace mucho con Laura. La prosa de Cynan Jones parece muy sencilla pero lo difícil es lograr que eso haga sentido, captar el espesor. Los párrafos tienen resonancias, palabras que se repiten y requiere de un trabajo especial. Sé que la traducción tuvo mucho ida y vuelta y nuestra primera intuición funcionó muy bien”, cuenta La Rosa sobre el proceso de la traducción.

¿Cuál fue la primera impresión que tuviste al leer “La tejonera”? ¿Qué desafíos te generó, después, la traducción?

– Laura Wittner: Mi primera impresión fue que la novela armaba un universo cerrado y completo al que había que entrar y que esto se presentaba desde múltiples perspectivas: la geografía, la emocionalidad de cada uno de los dos personajes centrales y la manera en que esas emocionalidades se yuxtaponen, la estructura de la narración y por sobre todo (porque es lo que más directamente me iba a afectar como traductora) la textura de ese lenguaje que por momentos parece desafiar incluso ciertos límites sintácticos.

Es una novela que, por momentos, parece poesía. ¿Cómo trabajaste para respetar ese registro?

-L.W.: El trabajo de traducción fue verdaderamente arduo e implicó una toma de posición que además discutimos con los editores. La novela no sólo se mueve alrededor de algunos elementos muy idiosincrásicos como pueden ser el paisaje y el idioma galés (aunque está escrita en inglés todo el universo galés está presente) sino que además hay una idiosincrasia lingüística propia del autor, de Cynan Jones, que era necesario reponer en el castellano sin que eso se volviera un obstáculo para la lectura. Un autor puede tomar ciertas decisiones sintácticas, o puede repetir intencionalmente una palabra cinco veces en el mismo párrafo, pero es el autor, ese es su texto y principalmente ese es su idioma.

¿Cómo se logra traspasar eso al lector?

-L.W.: Como traductora mi mayor ambición es que un gesto así logre trasladarse al castellano con el mismo éxito con que fue pensado en primera instancia, y para eso muchas veces hay que apropiarse del texto, reemplazar cierta puntuación, sacar algunas repeticiones y dejar otras (siempre con el riesgo de que los lectores piensen «la traductora repitió esta palabra tres veces, qué torpeza»), dar una vueltita, eliminar, reponer en otro lado. Para mí, particularmente, siempre prima acompañar un ritmo, la respiración que el texto original ofrece y, donde la haya, hasta la musicalidad. Espero haber logrado todo esto con «La tejonera».