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Sandra Nicastro: «La educación es un hecho político»

Sandra Nicastro, especialista en Pedagogía Institucional, docente e investigadora, reflexiona acerca del rol de la escuela como agente de transformación, y analiza la responsabilidad que conlleva el ser educadores en la actualidad.

Por María Mercedes Pombo. Lic. En Comunicación Social.

Sandra Nicastro es Licenciada en Ciencias de la Educación de la UBA, y docente en la Cátedra Análisis Institucional de la escuela en dicha carrera. Posee una amplia trayectoria en el ámbito educativo. Es especialista en Pedagogía Institucional. En cuanto a su desempeño profesional, siempre trabajó en la formación de directores y supervisores, realiza asesoramientos a numerosas instituciones de todo el país. Forma parte de diversos proyectos de investigación y dicta posgrados en distintas universidades. Integra además, el Instituto Nacional de Formación Docente perteneciente al Ministerio Nacional de Educación, coordinando la línea de formación de directores y equipos técnicos de las jurisdicciones.

Reflexiona acerca del modo en que la institución escolar debe examinar sus funciones y sus formas de mirar las múltiples contingencias a las que se enfrenta cotidianamente:

“La pregunta que nos tenemos que hacer es: ¿cómo mira la escuela a las familias atravesadas por el desempleo? ¿Cómo mira la escuela al docente que es el único que tiene empleo en su familia? ¿Cómo mira la escuela a este niño que hoy es un alumno que trabaja para mantener a su familia”?

Y agrega…:

“¿Por qué pensar que en esta agencia del estado, cuando entra algo que tiene que ver con el comedor, desplaza el fin para lo que está creada? Yo creo que este desplazamiento en el fin no tiene que ver con que la escuela no sabe, no puede. Se relaciona con el orden de la novedad, de este impacto de que “yo como institución” vengo de una tradición, de un programa institucional donde no había lugar para estas cuestiones, ya que siempre se encargaban otros. Hoy me encargo yo, entonces, por qué pensar que cuando se entra al comedor se deja de enseñar. Por qué no pensar en todo caso que en algunas organizaciones, la presencia de un comedor, como tantas otras cuestiones, puede ser sumamente movilizante para un niño en muchos aspectos de su aprendizaje”.

La licenciada critica ciertos imaginarios que circulan en las instituciones educativas:

“Esto de: “si no come no aprende,””, “si tiene hambre no le puedo enseñar”, son afirmaciones que no tienen sustento. No hay ninguna investigación en el mundo que diga que alguien porque tiene hambre no aprende. Sin embargo forma parte del discurso escolar”.

Explica a su modo de ver, la imbricación existente entre la educación y lo político:

“La educación es un hecho político. Por supuesto, somos agentes de transformación, junto a tantos otros agentes sociales. Como educadores, nos corresponde garantizar el derecho a la educación. Somos los que le decimos a un pibe: “vení, vos sos alumno de este sistema educativo, la educación es obligatoria hasta la secundaria inclusive, y vos tenés que poder llevarte este certificado”. Esto es política, esto es asumir la responsabilidad frente a un pibe al que uno le asegura determinada trayectoria. Me parece que la responsabilidad política es hacernos cargo de que no solo se está enseñando un contenido disciplinar, sino un modo de vida, una cosmovisión, el hecho de compartir con otros, el ocupar un lugar en el mundo.

Cuando alguien ingresa a la escuela, nunca egresa de la misma manera. La experiencia allí transcurrida deja para siempre una marca inolvidable. Esto es bien político, no sólo para el alumno, sino también para el docente”.

Nicastro recalca la capacidad de transformación que posee la escuela, pese a la multiplicidad de preocupaciones en las que se encuentra inmersa:

“La escuela tiene una gran capacidad de transformación. Claro que siempre hay cosas para cambiar y mejorar. Pero a pesar de ello, no tengo dudas de que la vida de muchos pibes sería muy diferente si no fueran a la escuela.
No voy a negar la realidad, en cuanto a todo lo mucho que se debería modificar y actualizar. No podemos seguir haciendo algunas cosas, claramente hay niveles del sistema que generan preocupación, Pero en simultáneo a esta preocupación genuina por algunas cuestiones que suceden en los establecimientos educativos, estoy convencida de que la escuela es una organización capaz de transformar, de movilizar y dejar una huella fantástica e imborrable en la vida de todos nosotros”.

Encontrá esta entrevista en la edición N°20 de Aptus Propuestas Educativas www.aptus.com.ar/revista/

Imagen: David Pagura - www.davidpagura.com

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