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La deficiencia de habilidades no cognitivas incrementa los casos de adicciones, enfermedades, delincuencia y deserción escolar

Fundación Cimientos, que desde hace 11 años desarrolla en Rosario y zona su programa “Futuros Egresados”, pone el foco en un aspecto hasta ahora poco profundizado a nivel nacional: la relación entre las “Capacidades soft”, la calidad y el rendimiento escolar y la inserción laboral.

La escuela secundaria recibe, hoy, la mayor cantidad de críticas por estar desactualizada y alejada de las realidades sociales y culturales de los chicos. Con una población de  3.813.545[1] alumnos, este nivel concentra alarmantes tasas de abandono, especialmente en los últimos tres años (15,48%) y un alto nivel de repitencia en los primeros años (15,45%).

Fundación Cimientos, que desde hace 11 años desarrolla en Rosario y zona su programa “Futuros Egresados”, pone el foco en un aspecto hasta ahora poco profundizado a nivel nacional: la relación entre las “Capacidades soft”,  la calidad  y el rendimiento escolar y la inserción laboral.

Con la colaboración de Techint, HSBC, Coca-Cola de Argentina y gA Grupo ASSA, el estudio explora el desarrollo de las capacidades socio-emocionales y no cognitivas en los adolescentes.  Dentro de los principales hallazgos del informe, se registra que las habilidades socio-emocionales y no cognitivas, como la autoestima, la perseverancia, el compromiso, la capacidad de planear, la motivación, la responsabilidad, la capacidad de relaciones sociales, fomentan las habilidades cognitivas e impactan en los logros y fracasos educativos y laborales.  Por otra parte, la deficiencia de estas habilidades incrementa los casos de adicciones, enfermedades, delincuencia y deserción escolar.

“Este no es un problema sólo de un grupo social determinado. No hay un fatalismo económico en materia educativa. El nivel socio-económico explica una parte de los resultados de calidad escolar.  La otra mitad se explica con el ´misterio del aula´, en el que se ponen en juego las habilidades no cognitivas” planteó Juan Llach,  miembro del Consejo Académico de Cimientos.

“A partir de nuestra experiencia a través del programa Futuros Egresados, observamos el impacto no sólo de las becas económicas, sino del acompañamiento educativo.  Precisamente a través de las tutorías, el fortalecimiento de las habilidades socioemocionales se consolida, para que los jóvenes sean protagonistas de su escolaridad”, indicó María Cortelezzi.  Remarcó que los jóvenes acompañados por Cimientos terminan la secundaria con una trayectoria lineal (sin repetir ni abandonar) en una proporción tres veces mayor de aquellos alumnos que no cuentan con un seguimiento uno a uno.

Más datos sobre el nivel secundario: 

Menos del 80% de los chicos logra promover efectivamente el año escolar,

El 37,98% de los alumnos matriculados en los últimos tres años del nivel tienen uno o más años de la edad esperada (sobreedad).

Sólo el 57,2% de los chicos de los últimos tres años logra graduarse efectivamente,

No se observa una mejora en el desempeño de los alumnos en evaluaciones estandarizadas, como las pruebas PISA (OCDE)

Los estudiantes adquieren un conjunto limitado de conocimientos y competencias actitudinales.

Cimientos es una organización sin fines de lucro que trabaja para que todos los chicos en situación de vulnerabilidad puedan terminar la escuela secundaria. Desde hace 16 años transita este camino desarrollando programas educativos en todo el país.  Hoy en la Argentina 1 de cada 2 chicos que empiezan el secundario no lo terminan. La deserción escolar es una problemática que afecta mayormente a la población de las zonas más vulnerables. Cimientos desarrolla programas educativos en todo el país y acompaña a miles de chicos para que permanezcan y terminen la escuela secundaria.

Informes: www.cimientos.org

 

 

Imagen: Archivo de imágenes.