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Las TIC en la picota: Manual de uso

María del Rosario de la Riestra, doctora en Ciencias de la Educación, cuenta su experiencia de investigación relacionada con la utilización de las TIC en los distintos niveles educativos.

María Mercedes Pombo. Licenciada en Comunicación Social.

María del Rosario de la Riestra, doctora en Ciencias de la Educación, cuenta su experiencia de investigación relacionada con la utilización de las TIC en los distintos niveles educativos.

Las TIC, (Tecnologías de la Información y Comunicación), han ido adquiriendo en los últimos años una creciente relevancia en múltiples ámbitos de la vida cotidiana. En la educación, su utilización se da a través de distintas plataformas, que hoy en día se visualizan a partir de lo que se conoce como aulas o campus virtuales.

Las mismas posibilitan una nueva forma de enseñar, de gestionar el conocimiento, y un vínculo diferente entre el docente y el alumno.

María del Rosario de la Riestra, es doctora en Ciencias de la Educación, profesora en los niveles terciario y universitario, directora de proyectos de investigación, y coordinadora académica del Centro de Estímulo y Desarrollo del Conocimiento que funciona en la localidad vecina de Granadero Baigorria. Entre el 2006 y el 2009, realizó un trabajo de tesis doctoral, en el cual investigó acerca de la utilización de las TIC en diferentes facultades de la UNR. Explica los objetivos que se propuso en la investigación, y lo que vio en su trabajo de campo:

“Yo buscaba observar el modo en que se utilizaban las TIC y puntualmente las plataformas, evaluar si acrecentaban o limitaban la gestión del conocimiento, del aprendizaje. Coexistían miradas totalmente distintas sobre una misma herramienta. Algunos docentes sólo reproducían la clase presencial, fundamentalmente por desconocimiento o falta de actualización. Se subía información, y, en el mejor de los casos, había un foro donde se respondían preguntas. Mientras que otros, aprovechaban al máximo los recursos de interacción y la posibilidad de fortalecer el vínculo con el alumno, generando una construcción conjunta y colaborativa, a partir de la cual el estudiante no sea un mero receptor, sino un gestor del conocimiento. Veía que las posibilidades que hoy en día brinda una plataforma para educación virtual no se desarrollaban en todo su potencial”.

Sin embargo, destaca que, con el tiempo, esta tendencia, se ha ido modificando, y en la actualidad, el uso de las TIC está cada vez más naturalizado, aunque con algunas limitaciones:

“Si bien yo defendí mi tesis en el 2009, cerré mi trabajo de campo en el 2007. Evidentemente, esto fue cambiando mucho. En el nivel universitario, la utilización de las TIC posiblemente ha ido avanzando en algún sentido, no a la velocidad que sería deseable, me parece, teniendo en cuenta los recursos con los que hoy cuenta. La universidad nacional de Rosario tiene un campus virtual muy potente y actualizado, con muchísimas herramientas. Para su uso, se ha ido capacitando a los docentes a través de talleres. En cuanto a las universidades privadas, todas ya cuentan con plataformas”.

La profesora, señala que existe una falta de internalización y valoración por parte de los docentes y alumnos respecto al uso de las TIC:

“Lamentablemente, la tecnología está, pero los docentes y alumnos no se han ido apropiando. Esto varía, según las facultades, no se puede generalizar. Pero lo más frecuente, es que las TIC sean utilizadas, por ejemplo, para estar informado sobre fechas, horarios, actividades, o algunos trabajos que da el docente, no realmente para una producción colaborativa. Actualmente, con las nuevas tecnologías se puede filmar fácilmente, editar imágenes, gráficos, realizar investigaciones, relevamientos de información… Son nuevas estrategias didácticas mediante las que el alumno siente que produce. Todo depende de la temática y el contenido que se desarrolle”.

Respecto al uso de las TIC en la educación escolar, De la Riestra sostiene que hay diferencias entre las escuelas públicas y privadas, en cuanto a los recursos con los que cuenta cada institución. Recalca la necesidad de que los docentes rosarinos difundan o publiquen por escrito las actividades que realizan para la introducción de las tecnologías en el aprendizaje, ya que esto “no sólo provoca un efecto contagioso, sino también nos enriquece a todos”:

“Por supuesto, las escuelas privadas que tienen mayor acceso económico, cuentan con más recursos que las públicas. Sin embargo, en lo público, hay muchas herramientas gratuitas que funcionan muy bien. Creo que hay una cuestión cultural que va más allá de lo económico – social. Sin duda hay limitaciones económicas, por las cuales a veces las escuelas no disponen de la tecnología necesaria o deseada. Y eso es una limitante desde el punto de vista hasta si se quiere físico. Pero hay escuelas que tienen un muy buen poder adquisitivo, y pese a ello los docentes no se han apropiado de la herramienta para la utilización con los alumnos de un modo creativo y dinámico. Después de todo, la tecnología es un recurso, el tema es como se lo utiliza”.

Para finalizar, habla sobre las ventajas que conlleva el uso de las TIC en la educación, y destaca la importancia del diálogo y del amor, como elementos primordiales para que se lleve a cabo un verdadero proceso de aprendizaje:

“Incorporar la tecnología al aula es una cuestión necesaria, que el docente debe aprovechar. Le permite descubrir un mundo de recursos para la enseñanza y para vincularse con sus alumnos que lo enriquece. Al chico en la mayoría de los casos le gusta la tecnología, pero si se la usa de modo de replicar lo que se da en la clase presencial, eso no es lo que se espera deella. Debe funcionar como un complemento de la clase presencial o a distancia. Es muy importante que el docente se vaya interiorizando y familiarizando sin temor con esta herramienta. Los chicos lo van exigiendo, y demandando de alguna manera”.

Y agrega: “Tampoco es que la tecnología es una panacea que asegura el proceso de aprendizaje. Esto se logra cuando el vínculo entre el docente y el alumno se basa en la confianza, en el afecto, en el amor. Es un vínculo donde, desde mi lugar de docente, el otro me preocupa. Me afecta lo que le sucede como ser humano, en su problemática, en su situación en general, más allá de que cumpla con los objetivos de aprendizaje propuestos. Los recursos como las TIC, bien aprovechados, contribuirán para que la enseñanza sea más dinámica e interactiva, pero nuestra capacidad de diálogo y de encuentro con el otro es la clave para poder desarrollar un proceso de aprendizaje”.

 

 

 

 

Lee este artículo en la edición N°19 de Aptus Propuestas Educativas: www.aptus.com.ar/revista/

Imagen: sxc.hu