Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

“El uso de la herramienta digital no garantiza la entrada directa en una nueva lógica relacional de enseñanza-aprendizaje”

Un análisis crítico de la incorporación de las TICS en los establecimientos escolares permite pensar que muchas veces se las utiliza instrumentalmente, sin realizar un cambio en el modo de enseñanza-aprendizaje

María Eugenia Annoni, doctora en Psicología, docente e investigadora de la UNR, realizó un análisis crítico acerca de la irrupción de las nuevas tecnologías en el ámbito escolar afirmando que el uso de la herramienta no garantiza la entrada directa en una nueva lógica relacional ni en otra forma de transmisión de los saberes. “La mayoría de las veces ocurre que se propicia la utilización de las TICS, pero dentro del mismo molde con que en otras épocas se pedía a los alumnos que buscaran información en una biblioteca, por ejemplo”.

La profesora titular de “Teoría del Sujeto y del Aprendizaje” de la Formación Docente, que se dicta en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, afirma que docentes y alumnos son los protagonistas más expuestos de un complejo engranaje sistémico:“Seguramente, como plantean algunos autores (Peirone, 2014; Morduchowics, 2014) estamos asistiendo a una nueva tecnosociabilidad, a un cambio de los íconos culturales que trae aparejado esta emergencia de los llamados ´nativos digitales´, poniendo en discontinuidad la lógica de la pedagogía clásica”. Y agrega:“Transitar el universo mediático y tecnológico como modo de acercamiento a los jóvenes, no cabe duda que supone, para cualquier docente, un posicionamiento diferente, pero creo que la disponibilidad de estas nuevas tecnologías no le asegura ninguna transformación per se”.

Consultada acerca de si este fenómeno de las nuevas tecnologías tiene un impacto en la construcción de la subjetividad de los adolescentes y sobre todo en el modo en cómo estos aprenden, Annoni sostiene: “Tal vez se produzca más allá de los adolescentes, en tanto eventuales usuarios de las mismas, y el impacto tenga que ver con el efecto de ´naturalización´ que se viene operando. Tal proceso de naturalización no hace más que solapar las determinaciones económicas, políticas y sociales que son el suelo fundante de la producción y circulación de dichas tecnologías. Quizás haya que preguntarse por la función que vienen a cumplir en tanto estrategias sutiles de gestión de la vida y de las poblaciones en esta fase del capitalismo”.

La investigadora expone que en el aula, el adolescente, al igual que el niño o el adulto, aprende como siempre, o sea, como puede pero es el protagonista más expuesto: “Es el sujeto más visibilizado en el engranaje de un sistema dentro del cual aparece como la terminal del mismo. Tal engranaje remite a demandas sociales complejas transmitidas a través de símbolos, ideales, contenidos, etc; que son requeridos actualmente. Tanto las prácticas como el modo en que se configuran los espacios de aprendizaje son variados, diversos y frecuentemente complicados en virtud de tal complejidad, sin olvidar que tanto las prácticas como los espacios de aprendizaje son siempre lugares – no los únicos- donde se gestiona y materializa el gobierno de la gente, sean niños, adolescentes o adultos”.

Asimismo explica que, en términos generales, las nuevas tecnologías devienen en objeto de consumo – no solo para los adolescentes sino también para otras franjas poblacionales- e indudablemente afectan de diverso modo las formas identitarias y subjetivas por cuanto estas formas son cambiantes acorde a las condiciones sociohistóricas que rigen nuestro presente complejo: “Asistimos a una especie de virtualización de la vida, de la sociabilidad; vivimos en cierta paradoja donde lo real es virtual y viceversa, donde muchas veces y para aquellos designados como adolescentes o jóvenes, se superponen procesos de identificación-desidentificación, de figuraciones y simulaciones imaginarias, con consecuencias difíciles de prever. Podría decirse que desde las nuevas tecnologías todo es para los adolescentes, pero sin los adolescentes”. Y continúa: “Instaladas como objeto de consumo privilegiado o hegemónico – así nos las venden- constituyen un eficaz analizador de lo que somos o vamos siendo. Entre otras cuestiones, cómo vamos siendo instalados en la ilusión de creernos cada vez más libres y comunicados/conectados, cuando seguramente estamos cada vez más disciplinados o controlados por dichas tecnologías”.

Haciendo un análisis acerca de cómo debe pensarse la formación docente hoy con la incorporación de las nuevas tecnologías, Annoni cree que es una cuestión que merece una profunda indagación y análisis crítico del sentido y función que cumplen las nuevas tecnologías: “Es preciso analizar el lugar que tienen en la construcción de esa ´caja de herramientas´ que la formación docente implica y que luego cada docente dispone como punto de partida provisorio ya que seguramente se irá transformando en su propia praxis laboral”.

Imagen: thenextweb.com