No es ninguna novedad que las grandes ciudades ya comienzan a notar el signo de los tiempos actuales y necesitan desagotar un poco tremenda densidad de población que entiende que ya no todo lo que brilla es oro.
La migración necesaria y orgánica que se produce a los sectores rurales, ya no sólo tiene que ver con una necesidad laboral, tal vez de alguno de los miembros de la familia, sino con una verdadera necesidad de cambio estructural de vida de muchos que en algún momento eligieron a la ciudad como su hogar.
Sin dudas, la pandemia ha hecho lo suyo, dejando una huella que, para muchos, ha significado resignar calidad de vida y postergar elecciones producto de la vida en la gran ciudad.
Pero a la hora de decidir cambiar el rumbo de las velas producto de estos vientos de cambio que se avecinan y que para la mayoría ya ha dejado una marca, uno de los interrogantes más grandes es que pasa con la vida escolar de aquellos que deciden mudar su vida al campo.
Una de las tendencias mas grandes que se perciben sin lugar a dudas es la cantidad de campos en venta que hoy se despliegan en distintas zonas rurales.
Los campos están allí, esperando por nuevos y renovados proyectos. Siempre hay una nueva puerta que se abre cuando parece que ya se cerraron las demás. Y nuestro país se caracteriza por tener un pueblo que siempre logra encontrar el hueco por donde volver a empezar y rearmarse nuevamente.
Esto habla de una marcada necesidad de comenzar a buscar un lugar y mismo, los tenedores de viviendas de ofrecerlas en un mercado que se muestra cada vez mas demandante. En este sitio se pueden encontrar varias alternativas interesantes que sostienen estas teorías.
¿Cómo tomar finalmente la decisión definitiva de irse de la ciudad al campo con todo lo que eso significa?
Bueno, en primera medida, es lógico que pongamos la educación como una de los pilares fundamentales de dichas movidas, y es necesario destacar que la pandemia también ha puesto de manifiesto que muchas veces las escuelas rurales, en la escasez de recursos, se ha mostrado mas flexible y creativa que las escuelas de la ciudad.
Desde ya cuentan con mucha menor densidad de alumnos en cada grado y tienen el respaldo y el apoyo de toda la comunidad para sortear los pormenores que esta pandemia trajo a todos en general.
Cabe destacar que, en el contexto de la vida rural, la escuela es, en gran medida, el futuro de la vida de los pueblos que la rodean, es por tal motivo que cuentan con el apoyo y la colaboración constante y no siempre el avance de la tecnología y la digitalidad es la que domina el cuadro de aprendizaje.
Hay un espíritu que va más allá de la situación actual de aislamiento que hace que la escuela rural sobreviva y se reinvente de una manera poco convencional para los que sólo ven el manejo de las escuelas urbanas.
La escuela rural vive en constante camino de hacerse fuerte y de salir fortalecida de las situaciones adversas, muchas veces siendo la distancia una de las mas conocidas. Es por eso, que en muchos casos la continuidad pedagógica estuvo asegurada, aún en pandemia, ya que las ausencias y los inconvenientes para asistir a la escuela no son algo extraño para los alumnos de escuelas rurales.
Probar por un tiempo
La realidad es que todavía no sabemos como vamos a salir parados de toda esta situación y cuales terminaran siendo nuestras prioridades a la hora de elegir el lugar definitivo para vivir. Si el campo o la ciudad.
Para los que están pensando en hacer el salto, también el alquiler de campos aparece como una opción interesante de comenzar un nuevo emprendimiento propio lejos de las grandes concentraciones urbanas y así probar.
Siempre se puede volver a elegir, aunque ya muchos han visto que a pesar del aislamiento y de las situaciones que hemos atravesado, el vivir en contacto con la naturaleza es una experiencia que vale la pena en algún momento atravesar, y porque no, adoptarla permanentemente.
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