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Crece la producción de libros en Argentina y América Latina

En 2015 Argentina publicó más de 26 mil títulos, entre enero y noviembre, mayoritariamente de literatura, seguido por temática de ciencias sociales y narrativa juvenil, según informó la Cámara Argentina del Libro, una tendencia editorial que al igual que en toda América Latina -en total la región superó los 90 mil libros- creció en relación al año anterior

En 2015 Argentina publicó más de 26 mil títulos, entre enero y noviembre, mayoritariamente de literatura, seguido por temática de ciencias sociales y narrativa juvenil, según informó la Cámara Argentina del Libro, una tendencia editorial que al igual que en toda América Latina -en total la región superó los 90 mil libros- creció en relación al año anterior.

Según un adelanto de la Cámara Argentina del Libro, asociación que reúne a más de 500 pequeñas y medianas editoriales y librerías de la Argentina, entre enero y noviembre de 2015 la producción editorial registró 26.865 títulos, de los cuales 2902 fueron publicados en forma independiente. La tirada de esos libros alcanzó la cifra exacta de 78.196.518 ejemplares que salieron a las calles.

Por su parte, un informe de la Cerlalc, el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe medido con ISBN (un identificador internacional), destacó que en los primeros seis meses a nivel regional se revirtió la tendencia decreciente de los últimos dos años con la publicación de 94.125 libros, un 10.5 por ciento más que en el mismo período de 2014.

La clave de la tendencia creciente fue la fuerza que retomó Brasil, uno de los mayores productores. Asimismo, en este panorama, Argentina junto a Colombia y México fueron los países que más contribuyeron a la escalada de resultados positivos en América Latina, mientras que mercados como el panameño traccionaron hacia abajo.

Altibajos. Graciela Rosenberg, presidenta de la Cámara Argentina del Libro, destacó que «en general, para nuestro país, no fue un mal año, pero tampoco fue brillante. Se dieron dos cosas: bajaron un poco las ventas en el segundo semestre pero sin embargo hubo compras institucionales que fueron muy buenas, tanto de los Ministerios de Educación como de Cultura».

No todos los libros van a la librería y no todos circulan fuera de ámbitos específicos. Muchos de los títulos registrados por las estadísticas de la Cámara Argentina del Libro y de la Cerlalc incluyen, por ejemplo, publicaciones de cooperativas o sociedades religiosas. En definitiva, el universo es inmenso y las publicaciones también.

Por eso, el informe parcial de la asociación de editoriales argentinas es ilustrativo para comprender la distribución de temáticas en la producción editorial local: de los 26.865 títulos registrados, sólo el 29 por ciento es de literatura, lo que significa en números fijos un total de 7850 libros destinados a la narrativa.

Le sigue la temática de ciencias sociales y humanas con 4090 títulos; literatura infantil y juvenil con 3977; textos en general registró 1441; derecho 1360; arte con 1153; religión con 972. A esos números continúan astrología y autoayuda con 780 títulos registrados, economía con 729, ciencias exactas con 686, medicina un total de 552 libros, psicología 487 y filosofía, cerquita, con 482 títulos.

Bibliodiversidad. En opinión de Rosenberg, 2015 estuvo signado por «una gran producción de libros que las librerías no pueden mantener, porque el espacio para el libro es muy grande y no les dan los tiempos para poder exhibir todo», al tiempo que señaló que «las librerías están pasando un momento complejo por los altos alquileres».
Una de las tendencias en los últimos tiempos en Argentina fue el «mayor incremento de editoriales pequeñas», con «producciones muy interesantes y variadas, pero con algunos problemas de inserción en el mercado, porque cada vez hay más concentración de grandes editoriales». La última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires fue testigo de ello con una explosión de stands colectivos de sellos pequeños y originales.

El anuncio de la apertura de las importaciones es una gran noticia para Rosenberg, responsable además del sello Lugar Editorial: «Sobre todo es favorable para la bibliodiversidad. Ahora habrá que ver cuáles son los costos. Pero sin dudas va agilizar el proceso de importación que estaba delimitado».

Y con las exportaciones «estamos esperanzados que se incrementen. En el último tiempo estuvimos perdiendo posiciones en el mercado latinoamericano, que ocuparon otros países como México. El libro argentino es muy reconocido por su calidad, autor y traducciones. Tenemos que recuperar mercados perdidos y para eso es muy necesario el apoyo a las exportaciones por parte del Estado, es importante que ayude a nuestra producción editorial».

Fuente: argentinamunicipal.com.ar
Imagen: Archivo de imágenes