Las personas sordas crean a través de la lengua de señas su propia identidad cultural pero falta una norma en la Argentina que la reglamente como patrimonio cultural, lo que equivaldría a que hubiera más intérpretes en la sociedad, dijo la investigadora María Massone, investigadora independiente del CONICET que estudia hace 25 años las lenguas de señas.
Massone explicó que «en general existe una lengua de señas por país, pero en algunos casos hay dos, como en México, Brasil, Bali o los Estados Unidos. Una es la urbana, y por lo general la segunda es la propia de la comunidad de pueblos originarios, como la Maya. Cada comunidad, por necesidad, desarrolló la propia».
La especialista aseguró que la comunidad sorda en la Argentina, unos 300.000 en todo el país,»»es muy combativa y tiene líderes muy importantes que pelean para que en las universidades haya intérpretes, pero en la actualidad sólo la de Cuyo los tiene».
Aprender a ser intérprete «no es sencillo, se requiere estudio y convivir con personas sordas para conocer su identidad. Es una lengua muy difícil y para una persona sorda que la aprende de adulto lo es todavía más», aseguró Massone.
«Existe confusión entre aquello que es gesto y aquello que es lingüístico. Los movimientos manuales y corporales que hacen las personas sordas no son gestos, son señas que conforman una gramática», explicó.
La investigadora recordó que el artículo 66 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual «introduce la accesibilidad para las personas sordas, como en los discursos de la Presidenta donde hay una intérprete», pero todavía falta mucho.
La investigadora anticipó que la página web del Conicet tendrá próximamente una interpretación en lengua de señas, lo que la convertirá en la primera del país en ser accesible para personas sordas.
La necesidad de un reconocimiento oficial por una ley de la lengua de señas argentina como patrimonio lingüístico y cultural, permitiría que «todas las instituciones educativas tengan intérpretes, así como también las distintas organizaciones de la sociedad».
Fuente: Telam
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