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A llenar las mochilas! La importancia de educar en valores

La escuela puede hacer maravillas potenciando habilidades, actitudes y valores de nuestros hijos, sí y sólo sí esta tarea se inicia y se acompaña desde el trabajo cotidiano -y por cierto nada fácil- de los padres en el hogar.

Por Stella Maris Andretich. Licenciada en Psicopedagogía. Mat. 105

 

Cartuchera nueva de tres pisos, mochila con carrito, cuaderno con tapa dura, lápiz HB2… todo prolijamente forrado, etiquetado, foliado… Está todo listo para un nuevo año escolar…! ¿Está todo listo?

Y si hacemos un “check list” de otra canasta, que debería ocuparnos y por qué no, desvelarnos, en primer término.

Me refiero a cómo preparar a los chicos – y también a nosotros mismos como padres y educadores – para afrontar este nuevo comienzo escolar. El trillado back to school – la vuelta a clasesque desde tantos negocios y medios de comunicación nos irrumpe en estas fechas con ofertas de útiles, zapatos colegiales, uniformes, etc. no contempla los valores y principios que deberían acompañarnos siempre, por supuesto, pero que nos dan en este nuevo inicio la preciosa oportunidad de ponerlos en lo más alto de nuestra pirámide y…¿por qué no, escribirlos cual listado y revisarlo todos los días?

Es que los papis deberíamos “cargar en las mochilas” de nuestros hijos (así, con el sentido que pesen y ocupen mucho lugar) grandes cantidades de: estímulo, confianza en sí mismos, respeto por sus compañeros y docentes, sentido de justicia, responsabilidad, tolerancia, aceptación y celebración de las diferencias, disfrute en el compartir, alegría de ayudar al otro…la lista es larga, y sin dudas algunos de sus “artículos”, difíciles de conseguir…pero cuántos cambios se lograrían en nuestras aulas si los chicos emprendieran cada año de esta forma, cuánto nos ahorraríamos en problemáticas de conductas si antes del primer día de clases – y durante todo el año, claro está- nos sentáramos con ellos a conversar de sus expectativas para el ciclo que comienza, de sus deseos de mejorar o cambiar en algo, de sus compañeros y la diversidad de cualidades que pueden descubrir o redescubrir en ellos…

La propuesta es encontrar la manera: con los más chicos podemos hacerlo jugando, a través de cuentos, personajes y dibujos; con los más grandes, la reflexión y la escucha atenta e interesada nos dan la mejor chance. También podemos aprovechar una buena película donde encontremos valores y actitudes para comentar y reflexionar en familia.

Claro que, para “atiborrar” de valores la vida de un niño, primero debemos ejercerlos como adultos…y aquí es donde radica el mayor desafío: si le decimos a nuestros hijos que deben compartir con los compañeros, que es importante jugar con todos sin discriminar, que corresponde ser respetuosos, pero… nos escuchan criticar a tal o cual persona porque tiene otra opinión, o nos descubren intolerantes y prejuiciosos ante los demás, difícil será que incorporen tales valores.

En su libro “Resolución de conflictos en las escuelas” [1], las autoras extienden esta máxima que señala que “las acciones hablan más fuerte que las palabras” a los mismos docentes: “…el que educa en la resolución de conflictos debe mirar hacia adentro tanto como hacia afuera. Los docentes deben clarificar, tanto individualmente como dentro de su comunidad profesional, hasta que punto están dispuestos y en condiciones de practicar lo que predican.”

Por su parte, el británico Richard Gerver[2], reconocido como el nuevo “gurú” en materia educativa, sostiene que padres y escuela deben trabajar mancomunadamente si realmente queremos advertir un cambio en nuestra educación: “Enseñar es una profesión extraordinaria, una vocación y, por encima de todo, un gran privilegio… Sin embargo los maestros no pueden educar solos a nuestros hijos… Juntos, como padres y educadores, debemos construir un modelo que ilumine su mundo. Debemos garantizar una estructura que desarrolle en ellos las habilidades y experiencias que les permitan sentirse seguros en su mañana.”

La escuela puede hacer maravillas potenciando habilidades, actitudes y valores de nuestros hijos, sí y sólo sí  esta tarea se inicia y se acompaña desde el trabajo cotidiano -y por cierto nada fácil- de los padres en el hogar.

Así como reponemos lápices, libros y cuadernos deteriorados por el paso del tiempo, apostemos este año a renovar nuestras actitudes y las de nuestros hijos para que el comienzo sea verdaderamente impecable.

Referencias

[1] Resolución de conflictos en las escuelas. K. Girard/S. J. Koch. Ediciones Granica.

[2] “Crear hoy la escuela del mañana”. Richard Gerver. Ediciones SM. 2012

Lee este artículo en la edición N°19 de Aptus Propuestas Educativas: www.aptus.com.ar/revista/

Imagen: sxc.hu