En Bariloche no todo es montaña y lago: también hay robots que laten con la pasión de sus creadores. Un equipo de estudiantes del Colegio Don Bosco acaba de conquistar la semifinal de la Copa Robótica Argentina 2025 y, con su victoria, encendió una chispa de orgullo en toda la ciudad.
Con ingenio, trabajo en equipo y muchas horas de ensayo, los chicos lograron superar cada desafío técnico del torneo y llevarse el primer puesto. Ahora, con el boleto asegurado para la final en Neuquén, saben que lo que está en juego es mucho más que un trofeo: es la oportunidad de demostrar que desde el sur del país también se diseña el futuro.
La Copa Robótica no es una competencia cualquiera. Detrás de cada robot hay noches de programación, discusiones sobre estrategias, cables que se cruzan y, sobre todo, una enorme dosis de creatividad. Pero lo que más sorprende es lo que no se ve en los planos ni en los circuitos: la confianza, la colaboración y esa energía contagiosa que solo tienen los proyectos nacidos en comunidad.
Para la escuela, este triunfo es una confirmación de que apostar por la innovación educativa vale la pena. Para los estudiantes, es una experiencia que quedará marcada en la memoria: la certeza de que los sueños también se construyen con tornillos, software y trabajo colectivo.
Ahora el desafío será enfrentarse a los mejores equipos del país. Pase lo que pase en la final, el Don Bosco ya ganó algo invaluable: la posibilidad de inspirar a otros jóvenes a creer que la educación puede ser una aventura apasionante, y que la tecnología no es un futuro lejano, sino un presente que ellos mismos están moldeando.
