En el último año, universidades como, la Universidad Di Tella, el IAE, la UCA, la UAI, la Universidad Kennedy la Universidad de La Matanza y la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA se sumaron a la movida de la «nube».
La “nube” no es otra cosa que un conjunto de servidores a los que se accede a través de Internet, lo que permite almacenar contenidos y hacer correr software fuera de los servidores locales. Las universidades que se han sumado sostienen que, además, les permitirá desarrollar herramientas que impactan directamente en los modelos educativos.
Como sostiene José Luis Giusti, decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, a partir de la implementación del campus virtual en la nube muchas universidades lograron que la relación alumno-profesor no se limite a 4 o 6 horas semanales, y eso enriquece las clases. Las autoridades propusieron a las cátedras subir sus contenidos al entorno virtual, donde además hay foros y también un “cibercafé”, pensado para encuentros sincrónicos. Por el momento, se sumaron 35 de las 200 cátedras que componen la facultad en forma voluntaria. Según el decano, este proceso también implica un mayor control de calidad, ya que las cátedras “se encuentran con el desafío de rearmar sus contenidos y bibliografías”.
La “nube” requiere de un cambio de paradigma, precisa de ubicuidad y disponibilidad de contenidos, a pesar de que el principal objetivo es crear una red con los docentes. Por ejemplo, en la UCA se está implementando el uso de la videoconferencia para actividades en diversas sedes, buscando tener un mayor acceso desde cualquier lugar, dispositivo o momento. La UNLAM piensa que es una herramienta que acorta los tiempos de respuesta y la disponibilidad y la seguridad son mayores.
Fuente: Clarín Imagen: dineroclub.net
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