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3 ejemplos de gamificación en la educación superior

El uso de juegos y dinámicas de entretenimiento como forma de aprendizaje ha demostrado buenos resultados dentro del aula

El modelo educativo tradicional se desarrolla de manera unidireccional, desde el profesor hacia el alumno. En la actualidad, a través de diferentes corrientes pedagógicas, se busca promover una nueva forma de entender la educación a través de la participación y la motivación de los estudiantes.

La idea detrás de estas corrientes es la de promover el compromiso de los alumnos para con su formación, y por ende, lograr mejores resultados.

Una de las tendencias de mayor éxito en este sentido es la gamificación o educación a base de entretenimiento, que consiste en usar mecanismos típicos de los juegos en entornos de aprendizaje. De hecho, cada vez más instituciones educativas optan por este modelo, basándose en algunos de sus beneficios más destacables para estudiantes y docentes:

– Mejora la actitud de los alumnos para con su aprendizaje.

– Elimina el temor al fracaso transmitiendo que perder siempre es una posibilidad.

– Enseña a trabajar en equipo.

– Transmite la importancia de la competencia sana.

En esencia, puede decirse que esta forma de trabajar en clase combina las clásicas demandas de todo docente con las preferencias de los estudiantes. De este modo, los alumnos mejoran tanto su aprendizaje como su predisposición para aprender.

Aplicar la gamificación en clase

El concepto propio de gamificación puede, en ciertas ocasiones, causar confusión entre los docentes. Es por ello que su aplicación a entornos concretos de clase no siempre resulta sencillo.

Para docentes inexpertos, o que buscan iniciarse en el aprendizaje mediante el juego, existen algunas opciones básicas y de aplicación simple que pueden oficiar como primeros pasos en el mundo de la gamificación como herramienta educativa.

¿Te interesa aplicar esta metodología? Si es así, Universia aporta 3 ejemplos concretos de cómo podrías aplicarla en la educación superior:

Trivias de preguntas: Juegos de preguntas y respuestas, con niveles, recompensas y categorías diferentes.

– Crucigramas: Clásicos pero eficientes para fijar palabras o conceptos.

– Administración de recursos: Los juegos de administración de recursos enseñan a los estudiantes a tomar decisiones y pensar a largo plazo. Existen en versión online (Ogame) y a través de apps (juegos de granja, restaurant, etc).

La simple idea de estudiar en la universidad se asocia a disciplina, prestigio y compromiso. Por sus cualidades, el juego no siempre transmite la misma imagen.

Sin embargo, esta tendencia se propone reivindicar el juego y dejar de asociarlo únicamente a la infancia, para comenzar a contemplar sus beneficios en diferentes sectores de la población. Aplicarlo en la universidad es una excelente forma de lograr ese cambio de pensamiento.

Fuente: Universia Argentina
Imagen: scoonews.com