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Voluntariado universitario en las cárceles de Rosario

Estudiantes de la carrera de Comunicación Social realizan programas de radio junto a los internos de las cárceles de hombres y mujeres como parte del trabajo voluntario.

Desde el 2009, la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario viene trabajando en la realización de prácticas estudiantiles de voluntariado con la organización «Mujeres tras las Rejas» en las unidades penitenciarias Nº3 y Nº5, de hombres y mujeres.

La iniciativa se enmarca en una decisión de la Secretaría de Extensión de llevar a la currícula todo lo que tiene que ver con la extensión en general, y el voluntariado en particular, como una manera de desarrollar la función social de la Universidad, y a la vez formar ciudadanos comprometidos con la comunidad. En ese sentido, se creó la materia «Ciudadanía y Voluntariado Social»,  la cual aporta a los estudiantes una base teórica en relación a la historia y conceptualización de la extensión universitaria y el voluntariado. Los conceptos aprendidos luego son articulados por los alumnos en intervenciones territoriales que suman 40 horas de práctica en diferentes organizaciones de la sociedad.

En el caso de las prácticas que se desarrollan en las cárceles, tanto de hombres como de mujeres, los alumnos colaboran con los internos en la realización de programas de radio que se emiten en vivo a través de la radio comunitaria FM Aire Libre. «A muchos internos les interesa la temática de lo que significa un programa de radio y nuestros alumnos se acercan a participar y los ayudan en la producción del programa, en el armado de las noticias, en la salida al aire, etc», explicó la tutora de los estudiantes, María Elisa Rasteletti.

«Las experiencias en las dos cárceles son totalmente diferentes», dijo Rasteletti y expresó que los hombres son más organizados que las mujeres, trabajan temas que los identifican y generalmente hacen programas con noticias policiales y de deporte. «Lo hacen desde una cuestión de aficionados, y además cuentan con las herramientas teóricas que los estudiantes les dan para lograr un programa con mejor formato».

«Las mujeres son más sensibles, y no reciben visitas habituales como los hombres, por eso la experiencia es diferente en la cárcel de mujeres», sostuvo Rasteletti y señaló que no hay un grupo fijo de trabajo, «de acuerdo a los estados de ánimo se van acercando desde los pabellones al micrófono y la que tiene ganas participa». La tarea de los estudiantes es proponer diferentes ideas para entusiasmarlas. Para ello, los alumnos llevan algunas temáticas como el significado de los tatuajes, la importancia de los hijos, mensajes para la gente que las espera afuera, y de esa manera se generan diferentes motivaciones.

Son muchos los estudiantes que eligen hacer las prácticas de voluntariado en las cárceles. A la mayoría les atrae el contexto de encierro, lo oculto, lo no dicho, lo que está privado. «A ellos les genera curiosidad y muchos quedan modificados en esa relación, a tal punto que dos alumnas transformaron su intervención en «Mujeres tras las Rejas» en su tema de tesis», señaló Paula Contino.