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Universidad: Los beneficios de planificar tu carrera como si fuera tu propio negocio

Según la opinión de un especialista, es importante que las personas aprendan a ofrecer sus servicios para que puedan generar sus propios negocios

Si bien el anhelo que todo estudiante universitario tiene cuando comienza a cursar una carrera es el de poder construir los cimientos para lograr una vida profesional próspera, que permita ganar dinero y prestigio, sucede que en ocasiones no se logra cumplir el deseo. Esto se debe a que el sistema educativo actual no está sintonizado con las demandas del mercado laboral y no logra suministrar las herramientas necesarias para poder orientar los conocimientos, competencias y habilidades que adquirimos en la etapa de formación a una dinámica de progreso, según Universia.

Por esta razón, según el consultor y asesor de empresas, y director de la Escuela de Negociología – International Businesslogy School (IBLS), Walter Brizuela, es importante enseñar a las personas a ofrecer sus servicios o a generar su propio negocio; para que puedan entender cuáles son los ejes a tener en cuenta para progresar, a partir de las herramientas logradas en su formación académica, e incorporando su propia experiencia y los conocimientos adquiridos informalmente.

Sabiendo que el progreso es el objetivo al momento de sentar las bases de una profesión, a través de una carrera universitaria y estudios complementarios, Brizuela explica las 5 razones por las cuales un estudiante debería pensar su carrera como si se tratare de su propio negocio:

1. Un título no asegura el progreso 

Existe una diferencia esencial entre estudiar y aprender. La acumulación de conocimientos y titulaciones, per sé, no asegura el progreso más allá del trabajo del profesional. Es necesario comprender la diferencia, y, al entenderla, seleccionar una propuesta educativa que nos permita adquirir los conocimientos y competencias que necesitaremos para progresar.

2. El nivel de desempeño laboral es lo que más define a una persona 

El mundo laboral paga por el verdadero rol laboral, más no por la titulación académica. El diploma que avala una graduación no garantiza el desempeño de una persona en un ámbito de trabajo. Las competencias reales se ven en la capacidad y solvencia con las que se desempeña una persona, y, fundamentalmente, en su orientación hacia el progreso.

 3. Pensar en la carrera como una herramienta para lograr un objetivo 

La profesión podría verse como una herramienta y como tal un producto; un producto propio, al que se moldea y reinventa durante toda la vida laboral. En no pocas ocasiones se entiende a la profesión como un conjunto de conocimientos, tan solo. Pero si la visualizamos como una caja de herramientas, cada profesional puede construir su propio formato de negocios, utilizando la herramienta más apropiada (conocimientos + competencias + habilidades + experiencias + aprendizaje informal) para cada circunstancia.

 4. La profesión como sinónimo de producto o servicio que podemos ofrecer 

La profesión se puede vender como un producto, como un servicio y como una solución. Como producto, en función del conjunto de conocimientos generados. Como servicio, en relación a la acción de ejecutar ese conjunto de conocimientos. Finalmente, como solución, en cuanto a una mirada diferenciada para con el cliente, a través de la cual podemos analizar sus necesidades y detectar la mejor solución a su problema.

5. Pensar en la formación de manera integral 

Pensar a la profesión de una manera integral es otra de las cuestiones a tener en cuenta. La actividad profesional no está circunscripta a compartimentos estancos, sino interconectada con muchas otras actividades, e incluso, con la consolidación de la Cuarta Revolución Industrial, probablemente cambie y se modifique la forma de ejercerla durante los próximos 10 años. Por ello es importante que cada persona diseñe un modelo profesional – con contenido propio-, que contemple el ofrecimiento de sus servicios en forma integrada, como producto, servicio y solución, identificando cuál es el valor agregado y diferencial que puede aportarle a sus empleadores y/o clientes. Por ejemplo, un ingeniero podrá vender su conocimiento de manera integral ideando, creando, fabricado y vendiendo un software.

Si se tienen en cuenta estos tópicos en el momento de selección de una propuesta universitaria y durante todo el proceso de estudio de una carrera, el progreso y la prosperidad no tardarán en llegar.

Imagen: taringa.net