El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA, junto a Fundación Arcor, presenta una nueva publicación sobre el derecho a jugar en la infancia y sostuvo que las ciudades de Argentina presentan insuficientes espacios públicos para facilitar el juego de las infancias y adolescencias.
El juego es reconocido como un derecho de los niños y las niñas en el artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño, donde se establece: “el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. En la enunciación de este derecho es claro que el derecho al juego está asociado al bienestar del/la niño/a y en tal sentido es considerado una práctica saludable que es importante promover.
Las ciudades en la Argentina presentan insuficientes espacios públicos para facilitar el juego activo de las infancias y adolescencias: 30% de los chico/as vive en barrios con situaciones deficitarias en el medio ambiente (contaminación, basurales, plagas), 23% vive en barrios inseguros y 14% no tiene cerca de su casa plazas o parques y/o clubes, centros deportivos o recreativos. Las situaciones deficitarias son mayores entre los niños/as más pobres y desalientan en mayor medida el juego al aire libre que en otros sectores sociales.
Se estima que 15% de los niños/as entre 5 y 12 años no suele jugar al aire libre y un 30% lo hace menos de 40 minutos diarios en promedio, mientras que lo recomendable es 60 minutos por día. Quienes tienen espacios públicos más satisfactorios y seguros y quienes tienen bicicleta o patines tienden a jugar más tiempo al aire libre en promedio que otros chicos/as.
El 60% de los chicos/as entre 5 y 17 años no realiza actividad física o deportiva extra-escolar. Esta propensión es mayor entre los niños/as en edad escolar que entre los adolescentes y entre las mujeres más que entre los varones.
No tener cerca un club o centro deportivo desalienta la práctica de deportes y actividad física pero esto es particularmente notorio entre los chicos/as de los estratos sociales más bajos.
Cuatro de cada diez chicos/as escolarizados en la escuela primaria y tres de cada diez en la secundaria tienen uno o menos estímulos semanales de educación física escolar. Esto es más probable entre los estudiantes más pobres y que asisten a escuela de gestión pública.
La comparación 2010 – 2014 muestra que los chicos participan menos de intercambios deportivos en el marco de la escuela (65% y 76% no participó en 2010 y 2014, respectivamente). Esta tendencia es algo mayor entre los estudiantes más pobres, y de la escuela primaria, pero no muy diferentes entre escuelas de gestión pública y privada.
El 41% de los chicos/as escolarizados no suelen realizar juegos activos en los recreos escolares. Este comportamiento es mayor en los adolescentes que en los niños/as en edad escolar y algo mayor entre las adolescentes mujeres.
Al 37,5% de los chicos/as escolarizado no les permiten realizar juegos activos en los recreos. Este tendencia es mayor en la escuela secundaria que en la primaria (47% y 32%, respectivamente).
Si bien las escuelas de gestión pública y privada redujeron los niveles de déficit de estímulos de educación física semanales, aún es insuficiente. Lo recomendable es 150 minutos por semana, para alumnos de nivel primario y 225 minutos por semana, para alumnos de nivel secundario, de clases de Educación Física y que el 50% del tiempo de cada clase debe ser invertido en actividad física de intensidad moderada a vigorosa.
El 42% de los chicos/as suele estar frente a pantallas por un tiempo promedio diario superior a dos horas. Este comportamiento sedentario es mayor en los adolescentes que en los niños/as, en los varones que en las mujeres y tiende a incrementarse levemente a medida que aumenta el estrato social. También es un comportamiento más frecuente entre quienes asisten a escuelas de jornada simple.
Para ver el informe completo ingresar a este link.
Imagen: erikaalcantara.wordpress.com
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