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Un aula nueva en la escuela de hoy

Muchas veces los padres y docentes culpabilizan a los adolescentes porque les cuesta prestar atención en clase y estudiar cuando, en realidad, lo que se requiere es mayor motivación, transformación e innovación a la hora de enseñar

En las escuelas nos seguimos preguntando cómo enseñar a los jóvenes; nos preocupa que nada les interese de aquello que le estamos enseñando y cuestionamos, durante horas, en las reuniones plenarias, acerca de “qué les pasa a estos chicos”.

Sin embargo, lejos de renovar las estrategias de las clases, seguimos culpabilizando a los jóvenes de la distancia que tiene la realidad escolar con su vida cotidiana y seguimos con las clases magistrales, propias de otra época, las cuales respondían a una visión de conocimiento cerrado y memorístico y de un alumno pasivo, cuyo único estímulo era la institución escolar, concepción que fue superada en la teoría hace ya un siglo aunque no en la práctica.

La idea de aprendizaje ubicuo ya no es nueva, implica que el estudiante puede aprender en otro tiempo y otro lugar que no sea la escuela; es decir, que la vida diaria del joven también podría provocar y producir aprendizajes. Para ello deberíamos relacionar la materia con el entorno del estudiante y la tecnología sería nuestra mejor aliada para que éste se produzca. En definitiva, las TIC contribuyen a la construcción de comunidades de aprendizaje genuinamente inclusivas, a partir del uso de los distintos dispositivos que el estudiante consulta a diario (teléfonos, Internet, youtube, TV, etc).

Ahora bien, si las TIC no se usan desde los marcos teóricos del constructivismo, sólo serán utilizadas para perpetuar las formas tradicionales de enseñanza. Al decir de Cesar Coll (2009), los profesores con una visión más transmisiva o tradicional de la enseñanza y del aprendizaje tienden a utilizar las TIC para reforzar sus estrategias de presentación y transmisión de los contenidos, mientras que los que tienen una visión más activa o constructivista tienden a utilizarlas para promover las actividades de exploración o indagación de los alumnos, el trabajo autónomo y el trabajo colaborativo. Por tanto, como dcoentes, no se trata de ser expertos disciplinares que usan tecnología ni tecnólogos que saben algo de pedagogía, sino de crear lenguajes y formas de representación, posibilitando nuevos escenarios de aprendizaje y prácticas innovadoras.

Los profesores debemos tener claro que la presencia de tecnología novedosa no garantiza la innovación; para ellos, es necesario un cambio en las concepciones de enseñanza y en los proyectos educativos en un contexto de integración de TIC.

Las ventajas que nos traerán son muchas y variadas: motivación por las tareas académicas, continua actividad intelectual, alto grado de interdisciplinariedad, presentación dinámica de información y buen medio de investigación en el aula.

No es tan difícil renovar el aula. Algunas propuestas podrían ser el trabajo con casos y problemas. A través de un relato o narrativa con la presentación de una problemática y preguntas críticas que guíen hacia la construcción del aprendizaje, permiten trabajar temas que por su complejidad difícilmente se podrían abordar.

Otra posibilidad es enseñar con contenidos educativos digitales; a través de diversas fuentes: Internet, DVD, CD, entre otras, se pueden abordar temáticas claves. La ventaja es que son editables, variadas e hipertextuales; es decir permiten armar un recorrido original para el aprendizaje.

Enseñar con proyectos es otra alternativa posible porque implica un trabajo interdisciplinario, mejora las competencias de expresión oral y escrita, desarrolla habilidades para el trabajo colaborativo y entrena para la solución de problemas.

El uso de las redes sociales es otra posibilidad más que interesante ya que los estudiantes la usan a diario para vincularse entre ellos. Entonces por qué no hacer uso de ese recurso tan cotidiano a fin de provocar clases entretenidas.

Los docentes somos los responsables de armar otros recorridos para el aprendizaje, somos quienes podemos provocar rupturas en una escuela enquistada en un viejo mandato fundacional, la homogeneización. Hoy los jóvenes necesitan habilidades cognitivas que les posibiliten seguir solos por el camino de la complejidad; apenas si somos los mediadores entre ellos y un conocimiento vasto y complejo. Pensemos en los estudiantes como sujetos autónomos y con pensamiento propio y, desde allí, todo será más fácil en el aula.

Por: Carina Cabo, especialista en TIC y Educación.

Imagen: formacionenweb.com