En clase están aquellos que anotan absolutamente todo lo que dice el profesor, hasta que les queda el brazo entumecido, y también quienes escriben poco y nada, se la pasan mirando el celular y dejan pasar lo importante. En cualquiera de los dos casos, se trata de malos apuntes que no servirán a la hora de estudiar.
Saber tomar unos buenos apuntes es un arte y como tal se puede aprender. El sitio eTítulo dio una serie de consejos al respecto:
Olvidate de la notebook: tomar apuntes en la computadora tiene sus ventajas por la rapidez, la prolijidad, la corrección ortográfica, etc. Sin embargo, al permitirnos tener abiertas varias páginas a la vez, es un foco tremendo de distracción. Y en segundo lugar, si no escribimos a mano, estaremos perjudicando nuestro aprendizaje. Se ha demostrado a través de varios estudios empíricos que la capacidad de aprendizaje tiene relación con la escritura manual. Esta deja una huella en nuestro cerebro y nos ayuda a recordar la información, obligando a sintetizarla y a comprender el discurso. A la hora de tomar apuntes no se trata de cantidad, sino de calidad.
No copies las diapositivas: muchos profesores que usan diapositivas luego las comparten con los alumnos, por lo que no tiene sentido copiar su contenido de forma literal. Se trata de una ayuda para no perder el hilo del tema, pero lo más importante es entender la explicación en clase. Por eso, unos buenos apuntes se basarán en las explicaciones que el profesor de sobre su presentación, no en la presentación en sí. En todo caso, luego conviene referenciar el apartado del PowerPoint al que se refiere.
Encontrá las ideas principales: en una explicación hay ideas principales, secundarias y relleno. Cuando asistimos regularmente a clase y atendemos a las explicaciones (lo que es la única forma posible de tener unos buenos apuntes), el relleno no nos hace ninguna falta anotarlo. Lo que sí debemos entender muy bien es la idea principal y las secundarias. Si estamos prestando atención, seremos capaces de recuperar el resto de la explicación (incluido el relleno) de nuestra memoria a través de esas pocas frases que hemos anotado como importantes.
Buscar las explicaciones relevantes: el objetivo de tomar apuntes es distinguir lo importante y lo que no lo es. En qué se centra el profesor, qué resalta más, sobre qué vuelve es lo que debemos captar a la perfección. El resto no necesitamos copiarlos salvo que sirvan de explicación o estén enlazados con alguna de las ideas principales que hemos visto antes. Aunque parezcan lo mismo, separar ideas principales de explicaciones relevantes es muy distinto: lo primero nos permite tomar unos buenos apuntes que sinteticen el contenido esencial del temario: nos sirve para aprender. Lo segundo nos permite identificar qué contenidos entrarán en el examen: nos sirve para aprobar.
Hacete un código de abreviaturas, símbolos o colores: el tiempo que ahorramos al usar abreviaturas es tremendo y, por eso, debemos hacernos nuestro propio código. Cuando empezamos una carrera las abreviaturas son las básicas: «q» en vez de «que», siglas, rayas o cruces al final de todas las palabras que acaban en «mente». Pero cuando vayamos conociendo el vocabulario propio de nuestra rama del conocimiento, veremos que hay un montón de palabras que se repiten sin cesar y que podemos acortar. Lo recomendable es perder un rato en casa para encontrar esas palabras y hacer nuestro propio código, lo que nos ahorrará mucho tiempo para no dejar de escribir nada que sea relevante.
Con los colores, en cambio, hay que tener cuidado, porque cambiar de fibrón mientras tomamos apuntes puede hacer que perdamos un tiempo precioso, pero sí puede ser de utilidad a quienes tienen la memoria visual muy desarrollada, para distinguir lo principal de lo secundario.
Organizá los apuntes: cada uno tiene su propio método, ya sea archivando lo escrito, pasándolo en limpio a mano, transcribiéndolo en la computadora. Lo importante es que el elegido nos sea útil y claro a la hora de estudiar.
Compartir los apuntes: no es solo por solidaridad o por esperar reciprocidad si alguna vez faltas a clase, sino también para poder comparar con el otro si anotaste lo mismo, o dejaste algo importante de lado. Dos cabezas piensan mejor que una.
Imagen: Shutterstock
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