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“Si no emocionamos al cerebro, no hay aprendizaje”

El reconocido educador cubano Orlando Terré Camacho brindará una charla en Casilda sobre su novedoso método de estimulación temprana en la educación infantil basado en las inteligencias múltiples

El experto en educación infantil, Orlando Terré Camacho, presidente de la Organización Mundial de Educación y Desarrollo Infantil (OMEDI) y de la Asociación Mundial de Educación Especial (AMEE), vino a la Argentina nuevamente para brindar una capacitación gratuita dirigida a maestros, especialistas en educación, neuroestimuladores infantiles, psicológos, pediatras, fisioterapeutas y a las familias en general, acerca del Método NeuroPoint, del cual es creador y entrenador en todo el mundo.

Fiel abanderado de la educación inclusiva y una de las voces internacionales reconocidas en temas de infancia, estará en el día de hoy, de 18:30 a 21:30, en la ciudad de Casilda (Teatro Dante) compartiendo sus experiencias prácticas y habilitando un debate que según él describe será “un encuentro de ´ciencia y amor´: “Por un lado vamos a debatir algunas temáticas sobre el desarrollo infantil temprano y la primera infancia, intentando traducir a cada docente una mirada en torno a las prácticas reales que deben darse en el programa de estimulación del crecimiento del potencial de inteligencia del niño. Por otro lado, es un encuentro de amor porque realmente cuando hablamos de niños y de familia tenemos que tener un lenguaje coloquial seductor, que llegue a las personas”.

Orlando es creador del Método NeuroPoint, un método que se basa en la estimulación de niños y niñas en edades tempranas comprendidas entre los 0 a 6 años de vida, en la que a través de diferentes recursos metodológicos y técnicas de avanzada se potencia el área de desarrollo infantil propiciando aprendizajes tempranos y el desarrollo de las inteligencias.

Consultado acerca de en qué consiste la estimulación temprana, el especialista explica que es un modelo de intervención que se ocupa de analizar cómo estimular a través de grupos de actividades relacionadas con el desarrollo según la edad del niño y producir un efecto: “La estimulación al desarrollo está encaminada a niños y niñas en edades tempranas, para cada grupo etario hay habilidades rectoras y es ahí donde el experto, el desarrollista del proceso, debe focalizar la enseñanza”, cuenta Terré Camacho.

“Yo describo el potencial del niño a través de la teoría de Howard Gardner, que habla de la multiplicidad o las inteligencias múltiples, que son siete. El método de NeuroPoint utiliza el instrumento EBO (la evaluación basada en la observación). En esta observación siempre se detecta una marcada inteligencia, el especialista debe saber especificar cuál es esa inteligencia, por ejemplo, inteligencia musical, kinestésica, etc. La estimulación tiene que saber destinar para cada niño, un programa de estimulación, porque independientemente que esté en un mismo salón de clases, tenga una misma edad cronológica, y que creamos que tienen todos el mismo potencial, hay un potencial de inteligencia en cada uno que hay que detectar”, sostiene el especialista.

Sin embargo, este método de estimulación no se encuentra en la mayoría de las instituciones escolares. Al respecto, Terré Camacho expone: “No se aplica en primer término porque nos hemos declarado que hacemos estimulación temprana y simplemente abordamos niños. Segundo, muchas veces creemos que todo lo sabemos en relación con la infancia y no estamos trabajando con las familias. Otras veces el tradicionalismo en las prácticas educativas nos maneja. La estimulación es una cosa y la enseñanza es otra. El ejercicio de la estimulación es un ejercicio encaminado al desarrollo del potencial”.

Otro aspecto que remarca el investigador es que si no emocionamos al cerebro, no hay aprendizaje y eso parte justamente de la dinámica de las empatías del niño, de su creatividad, y sus emociones: “Para cada niño hay unidades rectoras, individualidades, por eso es importante adecuar cada programa pedagógico a esas unidades”, explica Terré Camacho y enfatiza: “Las emociones cuentan. Hay que buscar un lenguaje seductor, la sonrisa, invitar al abrazo, para que vuelva a ser la escuela de la alegría, que forma pensando en el otro, desde la diversidad. Tenemos que tener el aula preparada para que los niños aprendan felices”.

El método diseñado para la primera infancia procura una serie de metodologías prácticas para el desarrollo de las habilidades potenciales. Como explica el experto: “Incidimos en el crecimiento del niño, exploramos las fases fértiles de su desarrollo, implementamos una programación que va encaminada al éxito y la felicidad en el aprendizaje”.

Si bien el método es llevado por todo el mundo para que sea adoptado y aplicado, Orlando sostiene que el objetivo no es mercantilizar, sino formar. “Hoy reuniremos en Casilda a más de 300 docentes, de manera gratuita, no para divulgar el método sino celebrar el Día del Maestro regalando un debate. El objetivo es reflexionar en torno a lo que podemos hacer por una infancia exitosa y feliz. Por eso si nosotros no asumimos la práctica investigativa desde el soporte de una formación de los especialistas ejecutores principales de este método, nada podemos hacer”.

Por otro lado, el especialista sostiene que esta implementación debe ir acompañada de una política de Estado que acompañe las prácticas: “Las políticas de ejecución deben basarse en estudios científicos y no medidas arbitrarias. A veces aparece una metodología, nos casamos con ella, no medimos los impactos, y obligamos a los docentes a que la apliquen. Muchas veces miramos a Harvard y no miramos a otros países latinoamericanos que están desarrollando muchos proyectos educativos y que tienen realidades más cercanas. Los modelos están, hay que saber cómo llevarlos a la práctica”.

Más info: Asociación Mundial de Educación Especial

Imagen: emaze.com