En 2008 comenzó a implementarse en la provincia de Santa Fe el programa de Educación Sexual Integral (ESI) con el objetivo de capacitar a la docencia de los cuatro niveles educativos (inicial, primario, secundario y superior) desde una perspectiva de género.
“Actualmente, el 80 % de las instituciones educativas de todo el sistema educativo provincial pasaron alguna vez por una capacitación de ESI”, contó Fernanda Pagura, miembro del Equipo ESI, del Ministerio de Educación de Santa Fe y agregó que la necesidad de incorporar este programa surgió “por el derecho que tiene el estudiantado a recibir una educación sexual integral en clave de género, de diversidad en derechos humanos, basado en un conocimiento científico”.
Una deuda en la formación docente universitaria
Pagura cuenta que para poder garantizar ese derecho era necesario que “la docencia se capacite” y señaló que las formaciones de grado, aun hoy, no tienen la inclusión de la educación sexual en las currículas, excepto los profesorados provinciales, donde la ESI es un espacio obligatorio.
“La universidad no la tiene incorporado todavía en sus diseños curriculares y es una necesidad urgente a resolver”, enfatizó Fernanda.
Anteojos violetas
“Los estudios de género nos permitieron muchas cosas. Una de ellas es poner el cuerpo sexuado dentro de la escena pedagógica. Este enfoque nos da anteojos violetas para poder ver cómo se constituyen las tramas de subordinación, de dominación, de jerarquía”, expresó Pagura, quien fue coordinadora del programa durante 5 años.
Fernanda sostiene que las escuelas, como instituciones modernas, son reguladoras de las construcciones identitarias: “Los varones por un lado, las nenas por el otro. Todo el tiempo en las prácticas vamos mostrándoles a los niños cómo se espera que sean en función de su identidad. Esto está cambiando. Estamos en un tiempo de desnaturalización del pensamiento hegemónico, empezamos a ver el mundo desde otro lugar. Donde antes no veíamos nada más que lo establecido o lo rutinario ahora empezamos a verlo en clave de relaciones de poder y nos apropiamos de los canales que tenemos para ejercer nuestros derechos”.
De ESI se habla
Las propuestas didácticas del programa ESI están atravesadas por contenidos de los estudios de género, del paradigma de diversidad y derechos humanos y se configuran a partir de actividades lúdicas, espacios colectivos de reflexión que invitan a la interpelación personal, como también convocan a abrir el diálogo con actores tales como las organizaciones civiles, las familias, los centros de salud, etc.
En las diferentes instancias de formación se realiza un abordaje conceptual de los principales tópicos, se construyen estrategias de transversalización curricular y se trabaja la deconstrucción de las prácticas escolares cotidianas para promover la justicia de género.
Las principales temáticas que se abordan son: el sexismo en las escuelas (en el lenguaje, la selección de contenidos, las metodologías, los mandatos y estereotipos); el cuerpo y el placer en el centro de la escena pedagógica (se trabaja la perspectiva de la promoción de derechos sobre el cuerpo, desde el disfrute, el placer, la celebración de las diferencias como derechos sexuales); y la promoción del protagonismo de docentes, estudiantes y familias (se impulsa el trabajo en las aulas promoviendo un creciente empoderamiento de parte del estudiantado en cuanto a los temas a abordar y la ampliación de los espacios institucionales para hablar de ESI).
ESI en los distintos niveles
“Hicimos mucho hincapié en el nivel inicial. Hubo propuestas desde el 2013 para la formación universal, lo que significa que todos los jardines tuvieron la oportunidad de formarse abordando distintas temáticas, por ejemplo, el cuidado del propio cuerpo, prácticas de cuidado para la prevención del abuso sexual infantil, juguetes no sexistas, diversidad familiar, con el objetivo de promover igualdad de oportunidades”, explicó Pagura.
“En el nivel primario a lo largo de estos años trabajamos en pensar la transversalización de la ESI en las distintas áreas y en las distintas ciudades. En el nivel secundario, además de las capacitaciones docentes, presenciales y virtuales, se incorporó un componente que es la inclusión del estudiantado. Se convoca en paralelo a estudiantes que trabajan con miembros del equipo ESI distintas temáticas relacionadas a derechos sexuales”, agregó Fernanda.
Por último, Pagura explicó que no hay una carrera por excelencia que forme para la educación sexual integral y tampoco van en busca de eso sino que “se requiere precisamente una mirada multidisciplinaria para abordar este tema, necesitamos categorías teóricas de distintos campos del conocimiento: educación, psicología, trabajo social, historia, ciencias biológicas”.
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