El diccionario, que se presentó esta mañana en el Museo de Arte Decorativo, es la vigésimotercera edición y contiene 2.376 páginas, 93.111 palabras -frente a los 88.431 de la última edición, que fue en 2001-, 140.000 enmiendas que afectan unos 49.000 artículos; además del orgullo que radica en la inclusión de 8.000 americanismos.
De la presentación participaron Blecua; José Luis Moure, presidente de la Academia Argentina de Letras; y Alberto Díaz, editor del Grupo Planeta Argentina, quienes hablaron sobre los dos tomos que conforman el diccionario y sobre algunos de los argentinismos que se incluyeron en la presente edición, como ‘apolillo’ y ‘fiaca’ .
¿Qué recorrido social debe hacer un vocablo antes de ser aceptado por la RAE?
«Antes era muy complicado examinar el recorrido social, pero ahora hay dos factores técnicos: la informática y la telemática, que permiten rápidamente saber la vigencia de una palabra, cuándo comienza a utilizarse, las zonas en que se las utiliza, los géneros y otros detalles que son estudiados minuciosamente», explica Blecua en una entrevista.
«La Academia tiene un corpus de 500 millones de formas y rápidamente uno se hace una idea, aunque sea aproximada, de cómo está la palabra: si aún existe o cuándo deja de utilizarse, como nos pasó en la presente edición, en la cual hubo casi 1.400 palabras que tuvimos que pasar al diccionario histórico como ‘boleador’ o ‘bajotraer’ que se han sustituido por otras», asegura el doctor en filología románica.
¿Cuáles son los requisitos para que una palabra sea incluida en el diccionario?
«Uno de ellos es tener una vigencia cronológica, aunque ahora las vigencias han disminuido mucho porque con la globalización, por ejemplo, las palabras ‘tableta’ o ‘libro electrónico’ cunden de tal manera que en poquísimo tiempo se extienden gracias a los medios de comunicación, las redes y la propaganda».
«Otro de los requisitos -apunta- es que no sea de uso ni muy local, ni de un escritor sino de distintas zonas de la lengua española y que tenga una secuencia; una palabra que aparece sólo seis veces es efímera por sí misma, pude crecer luego pero por lo general lo que ocurre con los los tecnicismos es que desaparecen».
¿La nuevas formas de escribir en las redes sociales, con una atomización de las palabras, provoca alguna mutación en el peso de la lengua?
«No, para nada, de hecho la Edad Media estaba llena de abreviaturas, también existieron en los documentos en latín, de hecho, hay un diccionario de abreviaturas debido a la cantidad que había. Otro caso es el de los telegramas -refuta Blecua- hubo toda una discusión y sin embargo dejaron de existir y la sintaxis no ha cambiado para nada».
¿Qué fue lo más criticado de la edición 2014?
«Dos o tres palabras: ‘gitanada’ es una de ellas, de hecho esa comunidad mañana se manifestará frente a la RAE en Madrid pidiendo que la saquen», explica Blecua sobre el término que la academia define, entre otros conceptos, como engaño.
«Otra de esas palabras -continúa- es ‘autista’, que habla en su tercera acepción de una persona que está ausente pero que no tiene nada que ver con la enfermedad, pero las madres de los niños autistas dicen que eso los denigra; y la última que recuerdo nos trajo algunos problemas también en Argentina y es ‘judiada’ (acción deshonesta, perjudicial e injusta), que no tiene nada que ver con los judíos».
El nuevo libro -que cuesta 700 pesos y se publica en coincidencia con la conmemoración del tercer centenario de la Fundación de la RAE- es el más importante diccionario de referencia y consulta del español en el mundo y está dirigido fundamentalmente a hablantes cuya lengua materna es el español.
El diccionario tiene como propósito recoger el léxico general utilizado en España y en la América hispanohablante y registra las voces y acepciones que se emplean en los distintos niveles de comunicación -colocación, culto y voces malsonantes entre otros- y sus correspondientes marcas.
En él, los lectores podrán encontrar nuevas voces y acepciones, una rica representación del español de América, las locuciones latinas más usuales, una nueva redacción de las palabras gramaticales, prefijos y sufijos más productivos, aumentativos, diminutivos y despectivos lexicados y los extranjerismos más comunes en el uso español.
Fuente: Télam Imagen: rae.es