La obras desde la crítica manifiestan sus frases irónicas, el retrato de algún ídolo popular o la ornamentación recargada y ampulosa presentándose como una forma de arte público que define la identidad del pueblo.
El color y el ritmo transforman a la pintura en un intenso juego de signos dinámicos. Son los dibujos los que cuentan historias, representando tanto la permutación y el desplazamiento, como la simplicidad con la que se pueden decir las cosas, convitiéndose en exponentes de nuestros valores socioculturales.
Alfredo Guillermo Fernández nació en Ing. Pablo Nogués, provincia de Buenos Aires en el año 1970. Es un trabajador del antiguo oficio, el filete tradicional. En 1994 abre su primer taller de carteles y publicidad decorativa. Caricaturas, retratos e ilustraciones lo llevan a viajar por la provincia de Buenos Aires y Santa Fe.
A partir del año 2000 llega a San Telmo donde se cruza con maestros fileteadores que le trasmiten su pasión y secretos por este género popular. En San Miguel abre su taller de fileteado en el Centro Cultural Raíces, donde comienza a ejercer la docencia. Allí se abre el espacio de Arte Público Los fileteadores del Conurbano con quienes realiza varios murales en escuelas, bibliotecas o centros populares.
Desde el año 2012 instala su taller en la fábrica recuperada IMPA, en Almagro donde continúa su trabajo de recuperación de un oficio, dando talleres y colaborando con la estética del espacio bajo gestión obrera. Sus muestras y clínicas de fileteado viajan por el país y el extranjero, compartiendo encuentros con muralistas prestigiosos que le inculcan el compromiso con el arte público.
Imagen: Archivo de imágenes.
Comentar