Miguel Walsh, que con apenas 26 años acaba de ser distinguido con la beca del Clay Mathematical Institute, una de las más prestigiosas del mundo.
Los criterios de selección para el ganador de este premio establecen que se otorgará «a investigaciones de excepcional calidad y a candidatos que prometan convertirse en líderes» en su disciplina. Se entrega desde hace aproximadamente 15 años y dos de los que lo obtuvieron recibieron más tarde la medalla Fields, el Nobel de la matemática.
Walsh, concurrió a la Escuela Argentina Modelo y asegura que era un alumno «normal». Siempre le gustaron las tareas que tuvieran algún grado de creatividad y la escuela no le resultó inspiradora, sino más bien lo contrario. Paradójicamente, la matemática era la materia que menos le agradaba. Su historia cambió finalizando el secundario descubrío problemas abiertos que podía entender. En ese momento fue que concluyó que la matemática era algo diametralmente opuesto a lo que él creía que era, y que en realidad había mucho espacio para crear.
Decidió ingresar en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y exactamente cinco años más tarde (en 2010) había obtenido su título de licenciado, y apenas dos años después, el doctorado. Para ese momento, ya había encontrado un desafío digno de sus aspiraciones. Más tarde, comenzó trabajar en dos áreas que resultan abstrusas para el resto de la humanidad, pero que para los matemáticos son fascinantes: teoría ergódica y teoría de números.
Abordó estos temas en su tesis de doctorado y al día siguiente de subir sus trabajos a Internet, antes de mandarlos a publicar, comenzaron a llegarle invitaciones para ir a investigar a muchos lugares, tales como la Universidad de Oxford, donde se encuentra desde octubre del año pasado.
Walsh reconoce que es un sueño hecho realidad y que gracias a la beca Clay, podrá dedicarse los próximos cuatro años a investigar sin otra obligación.
Fuente: elancasti.com.ar Imagen: Archivo de imágenes.
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