Pere Juan Duque es Psicólogo, Psicomotricista, Técnico en expresión y Especialista en Educación Física y en Psicología Escolar, UB (1983).
En su artículo denominado «El Proceso creativo» Juan Duque, explica «la creatividad es entendida como la capacidad de construir algo (permanente o efímero) a partir de nosotros mismos. Quiero recalcar «nosotros mismos» porque, a veces, se entiende a la creatividad como capacidad ideativa e intelectual. Y, si bien ese ámbito está integrado en cualquier proceso creativo, pienso que la esencia del acto creativo consiste en una profunda conexión con el interior. La autenticidad es la primera condición para el acto creativo».
«A los niños no les enseñamos a ser creativos. Simplemente, intentamos que no pierdan esa conexión con su interior. Esa es la mejor garantía para que su creatividad esencial se manifieste» sostiene Duque.
«Existen diferentes tipos de procesos para alcanzar la creatividad, en función del contexto y la finalidad, podemos diferenciar entre lo que es un proceso convergente y divergente. Hablamos de un proceso convergente cuando se trata de hallar una solución ante un problema concreto. Gran parte de la creación está previamente definida o delimitada. Aquí se trata de encontrar la mejor solución, teniendo en cuenta una serie de factores. En la ciencia y la tecnología predominan este tipo de procesos. Pero también en el ámbito de lo cotidiano, cuando algún objeto se estropea y debemos encontrar una solución para repararlo, se requiere un proceso convergente» expone.
«En el deporte también se dan este tipo de procesos y siempre está implícita la noción de eficacia. Podemos pensar en cómo surgen nuevas técnicas. Actualmente muchos entrenamientos respetan e incentivan las soluciones creativas de los practicantes. Asimismo en educación podemos hablar de proceso convergente cuando hay un resultado definido que obtener. Eso suele plantearnos problemas bastante concretos.
Por su parte en un proceso divergente las soluciones pueden ser infinitas. Hay muchas formas de expresar una sensación, una emoción, un sentimiento… Los procesos divergentes son los más comunes en el arte donde el campo de posibilidades es mucho mayor».
«Podríamos decir que lo que define el hecho de que sea un proceso convergente o divergente depende del objetivo, más concreto en el primer caso. De todas formas, si entendemos convergente como proceso que tiende a cerrar y divergente como proceso que tiende a abrir, ambos se complementan. Como el Yin i el Yang, es necesario un equilibrio dinámico para que haya armonía, aunque pueda predominar uno u otro en función de la finalidad» concluyó el especialista.
Fuente: www.la-caseta.com