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Perspectiva: Ingrid Boerr Romero

«El conocimiento no es duradero. Lo que hoy sabemos y damos por cierto, en un par de años se habrá renovado, por lo tanto se deben construir aprendizajes propios, a partir de una relación colaborativa entre estudiantes y maestros».

Ingrid Boerr Romero es profesora de Estado en Educación General Básica, Licenciada en Educación y Magíster en Gestión y Planificación Educacional. Ejerció la Docencia en Enseñanza Básica por 18 años. Trabajó en el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación de Chile entre el año 2000 y  2009, donde coordinó Talleres Comunales de Perfeccionamiento Docente. Fue Vicecoordinadora de Acreditación y Evaluación Docente del CPEIP y coordinó la «Red Maestros de Maestros» desde 2002 a 2009. Ha producido Textos, Materiales Escritos y Videos Educativos para Profesores. Ha participado en Charlas y Seminarios, en el país y el extranjero sobre diferentes temas.

Actualmente la Profesora Ingrid Boerr Romero, es coordinadora del Instituto de Desarrollo e Innovación Educativa de Formación Docente, OEI Chile y sostiene que desde hace décadas, pero tal vez de manera más evidente en los últimos años, se comenzó a considerar que el conocimiento ya no es solamente aquello que está atrapado en enciclopedias y libros, y que el conocimiento no es duradero, lo que hoy sabemos y damos por cierto en un par de años se habrá renovado.

«De la educación por lo tanto se espera algo nuevo, que prepare a los estudiantes para los cambios y necesidades actuales y mejor aún para las necesidades que tendrán cuando se incorporen de manera activa a lo que les toque vivir. En este estado de cosas, el rol de los educadores debe ser otro, está cambiando o por lo menos pensamos que debe cambiar, pero la verdad es que ¿cuál es ese cambio? Tal vez lo que pensamos sobre el rol de los educadores está sobrecargado de expectativas, que no necesariamente corresponden, o corresponderán, a la realidad» explica Romero.

«La escuela también está en cuestionamiento, por lo tanto la escuela se mira a sí misma y a los educadores que están en su interior, tratando de responder a las demandas de mejor educación. La escuela necesita, en primer lugar, satisfacer las necesidades de aprendizaje de las nuevas generaciones. Su objetivo ya no puede limitarse a satisfacer las necesidades propias de la escuela de formar determinadas áreas o de modelar determinados estudiantes, sino de satisfacer las necesidades de aprendizaje de los estudiantes, que traen consigo a la escuela todo un mundo exterior, proveniente de sus familias (historias, tradiciones, diversidad) y su entorno (medios de comunicación, cultura) que influye en ellos y en sus conocimientos a la espera de complementarse e integrarse a otros, para construir aprendizajes propios, a partir de una relación colaborativa entre estudiantes y maestros» sostiene la especialista.

Fuente: relpe.org / www.liberalia.cl