Afrodescendientes e integrantes de pueblos originarios en el país consideraron que «el racismo sigue vigente en la sociedades latinoamericanas» y que es necesario visibilizar las diferentes formas de discriminación en el ámbito educativo que impiden «perpetuar la palabra escrita y transmitir la cultura guardada en la memoria de los ancianos».
Lucía Molina, presidenta y fundadora de la Casa de la Cultura Indo-afro americana de la provincia de Santa Fe, aseguró que la educación superior «debe jugar un papel muy importante para erradicar el racismo. Puedo dar fe de esto debido a mi trabajo territorial de más de 30 años».
«Fundamentalmente, es necesario visibilizar las diferentes formas de violencia racial y de discriminación en el ámbito educativo y fuera de él, es necesario considerarlo como una epidemia social, que impacta negativamente en nuestras comunidades», detalló Molina.
La integrante de la comunidad afro destacó que al no haber políticas educativas para nuestro sector «se nos priva de posibilidades, tanto a los pueblos indígenas como a los afrodescendientes, que vienen a estos lares en busca de mejores condiciones de vida».
Y añadió que muchos de los afrodescendientes argentinos «están en lugares de marginación asignados desde tiempos pasados».
Por su parte, Catalina Huenán, docente auxiliar bilingüe jubilada del pueblo Chané, dijo que se debe modificar la Ley de Educación Superior así la instituciones podrán realizar capacitaciones a los auxiliares bilingües, imprimir recursos didácticos y bibliografía en lengua materna, perpetuar la palabra escrita y transmitir la cultura guardada en la memoria de los ancianos de nuestros pueblos».
La docente indígena aseguró que «las culturas de nuestros pueblos forman parte del patrimonio intangible de las sociedades, desde tiempos remotos. Es por ello que es un deber del Estado apoyar programas de educación que contemplen políticas de inclusión y de sostenimiento para conservar los conocimientos tradicionales y la producción intelectual de los mismos»
Carlos Barreto, docente indígena Qom y Asesor del Programa Pueblos Indígenas de la Universidad del Nordeste en el Chaco, remarcó la discriminación que sufrieron cuando se aisló a las comunidades porque se creía que eran diseminadoras del coronavirus.
«Hemos pasado una situación en el contexto de pandemia muy triste, porque nuestro barrio indígena en Resistencia fue aislado con tierra y escombros en todos los accesos por lo que nadie podía entrar mi salir, porque nos consideraban personas peligrosas , portadoras del coronavirus», dijo el docente.
En este aspecto, destacó que esperan que «la ley sea una realidad para que nuestros hermanos puedan atender a sus distintos pueblos».
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