La incorporación de las netbooks en el aula puso en jaque a las formas tradicionales de enseñanza. Sin embargo, y a pesar que los estudiantes están insertos en el mundo digital, es necesario reconocer que aún cuesta mucho la inclusión de las TIC en la escuela por el temor que da la libertad y la ubicuidad que permiten en la clase.
La pregunta obligada es cómo emplearlas para no caer en el uso instrumental, es decir, para evitar que los estudiantes lleguen a la escuela con información “bajada” de Internet. Por el contrario, hay que lograr que elaboren, a partir del material escogido, un informe escrito, que sepan seleccionar determinados textos o que investiguen y escriban un trabajo acorde con los propósitos de la clase.
Si bien parece fácil, para los docentes no lo es. Por un lado, todo aquello que las TIC tienen de maravilloso, por el otro, abruman y asustan en el sistema educativo. Un aula atravesada por las tecnologías no es solo un aula con una computadora, sino que es un clase con una radio, con un noticiero, con un canal de televisión, con un periódico, donde las computadoras o cualquier otro dispositivo, como el teléfono celular, pueden servir para filmar, tomar fotografías, editar las imágenes, mezclarlas con textos o insertarlas en una publicación digital. Estas actividades son inusuales en la escuela de hoy por falta de capacitación docente o por el desinterés en estas nuevas formas de trabajar.
Y, si bien todos los adultos participan de esta cultura tecnológica, aún falta mucho para planificar una clase que reduzca la brecha digital y generacional en el aula. Sigue vigente el ejemplo de los primeros años en que la calculadora asustaba en clase y, sin embargo, de a poco fue ganándose un lugar, al comprender cuando y para qué usarla; de esa manera hay que ir buscando otras estrategias en el marco de los contextos actuales.
Esta “nueva” concepción de aprendizaje, rompe con la idea del docente como fuente del saber y del alumno como receptáculo vacío a la espera del conocimiento. Y, en este encuadre, enseñar a leer, a escribir, a investigar, a relacionar ideas, en el marco de una disciplina, esto es Biología, Historia o Filosofía, las computadoras cumplen la función de asistentes en las clases y, el profesor, en estos casos, se convierte en un mediador del aprendizaje. Por lo tanto, ambos, profesor y estudiante, son los protagonistas en el marco de un proceso complejo. Y, ya en el aula, con las TIC, hay nuevos circuitos de interacción, donde todos enseñan y todos aprenden.
Para ello, se podrán usar objetos multimedia, los cuales pueden editarse, articularse, publicarse y, en función de su apropiación y su uso, se podrán transformar en contenido digital, es decir, en una colección de herramientas y dispositivos que ayudan a crear redes personales poniendo en común nodos de conocimiento. De esta manera, se aprenderá en red y colectivamente logrando una articulación, una trama que llevará a “romper” con una dinámica tradicional: de un conocimiento privado, bidireccional y jerárquico a un conocimiento público- compartido y reelaborado.
Estas formas de trabajar en la escuela, con el uso de las distintas herramientas tecnológicas, como el google drive, por ejemplo, le permite al docente seguir claramente la continuidad del trabajo del estudiante, visibilizar la tarea, la interactividad con otros y la nueva relación entre el alumno y el conocimiento ya que se pueden elaborar productos diferentes a partir de nuevas búsquedas.
De este modo el aula se transformará en un espacio comunicativo que permite la circulación de saberes, con un docente que busca diversas fuentes de conocimiento, monitorea la multiplicidad y abra nuevas posibilidades de aprender.
En definitiva, en un mundo donde el conocimiento se construye de manera diferente, hay que enseñar y aprender de manera distinta. De allí la necesidad de que los estudiantes puedan contar con herramientas cognitivas y competencias que les permitan ser parte de un mundo creativo, a fin de actuar reflexiva y responsablemente sobre la cantidad de datos que cuenta y construir conocimiento relevante basado en ellos.
Sin lugar a dudas, en este marco, la escuela adquiere un lugar fundamental y la función del docente, esto es, acompañar, mediar, facilitar el aprendizaje, lejos de desaparecer, será primordial. Es un desafío de los tiempos que corren.
Por Carina Cabo, Especialista en TIC y Educación