Radicado en Venecia desde la década del setenta, Carlos Grippo llega a Rosario para exponer sus obras en la ciudad que lo cobijara entre el entre 1973 y 1976.
«Ordinario- Extraordinario» se titula la exposición de temperas acrílicas sobre tela que mostrará en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, San Martín 1080, del 30 de octubre al 30 de noviembre. El acto de apertura se realizará el jueves 30 de octubre, a las 19.30, en el hall central del Centro Cultural, con entrada gratuita.
Carlos Grippo nació en Durazno (Uruguay) en 1946 y estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes montevideana. Al iniciarse en su país en junio de 1973 la dictadura militar, viajó a Argentina, radicándose en Rosario, donde trabajó como diseñador de libros en la Editorial Biblioteca Vigil y de telas en Estexa, una de las grandes fábricas textiles argentinas fundada en 1949 y cerrada en 1991. En 1976, el golpe militar en Argentina lo decidió a viajar a Europa, instalándose finalmente en Italia, primero en la Toscana y desde la última década en Venecia. Allí colaboró en la producción gráfica del gran escultor Marino Marini (1901-1980), ganador de la Bienal de Venecia en 1952, y en obras de restauración en la ciudad.
Grippo forma parte del Metropolismo, propuesta de un grupo de artistas italianos, contrarios a una pintura marginada del contexto social y que investigan los efectos de la telemática (tevé, computadora, informática) en la vida cotidiana. El grupo incluye a Nico Paladíni, Loredana Raciti, Pier Luigi Cesarini, Antonio Sciacca, Mirko Pagliacci y a los críticos Achille Bonito Oliva y Omar Calabrese.
Al exponer en 2010 por primera vez en su país, en el Museo Nacional de Artes Visuales en Montevideo, luego de haberlo hecho en Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, España, Gran Bretaña, Holanda, Suiza y Estados Unidos se refirió a la obra producida en los largos años vividos fuera de su país: «En estos treinta años puedo dividir mi obra en dos partes. Una primera, los 10 ó 15 primeros años, desde el punto de vista de la persona que llega a una cultura diferente, distinta, arribando a un lugar más o menos organizado, generando un choque de culturas podemos decir, no siempre con un resultado feliz. La segunda parte, la otra mitad, cambié el punto de vista, mirándolo desde los integrantes de esa sociedad, cuando se sienten ellos emigrantes. En este caso hay una distancia bastante grande: cuando emigran estas sociedades desarrolladas lo hacen en una forma bastante jocosa, lo que llaman turismo o vacaciones, acotó».
Al referirse a los trabajos a exponer en el Centro Cultural Fontanarrosa, puntualizó: «Todos están hechos en temperas acrílicas sobre tela. Es una técnica que siempre he usado, al comienzo la tempera sobre papel. Lo que ha cambiado es la actitud: al principio muy detallada, con un enfoque particular; en la segunda etapa, es más bien el espíritu de los conceptos, con detalles menores y pinturas muchos más gráficas».
Informes: www.ccrf.gob.ar
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