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Los secretos de la encuadernación

En el último tiempo, la encuadernación se volvió una práctica multiplicada en diferentes hogares y talleres que permitió generar emprendimientos rentables para ganarse la vida a partir de un hobbie relajante.

El tiempo en la propia casa generado por la pandemia hizo emerger este y otros hábitos artesanales. Así, los álbumes de fotos, cuadernos, libros e incluso agendas recuperaron su valor en puntos de todo el planeta a través del diseño y la calidad.

La educación virtual fue también una nueva forma de disfrutar el tiempo, y la de la encuadernacion artesanal y sus técnicas no se quedó atrás. Hombres y mujeres de cada rincón del mundo comenzaron a tomar cursos online para optimizar el trabajo y (¿por qué no?) volverlo una fuente de ingresos.

En este sitio se pueden conocer esa oferta y otras ofertas para que el cuidado y el consiguiente confinamiento resulten placenteros.

Una historia milenaria

La encuadernación es la unión de cuadernillos por uno de sus costados y unas tapas a modo de cubiertas. Siempre que sea hecha a mano, siguiendo preceptos tradicionales, se la considerará artesanal.

Desde la antigua Grecia hay rastros de esta práctica, por lo que se puede decir que es un arte milenario. Su objetivo siempre fue la conservación, el fácil manejo y la presentación artística. Pasado el tiempo, se sumó la presentación comercial.

En un principio, fueron los volúmenes egipcios y grecorromanos los que, rudimentariamente, adoptaron la encuadernación como envoltorio de piel sobre los papiros y pergaminos. Se utilizaban tiras o correas para ligarlos. Todo esto se colocaba dentro de cajas cilíndricas, mayormente de madera, aunque también de metal, para agrupar volúmenes. Ya entonces se le dedicaba una prolija ornamentación que podía incluir pedrería y orfebrería. Fue la España visigoda la que se destacó en ese arte.

Los romanos utilizaban pugilares, volúmenes manuales que también los hebreos usaban para guardar las lecciones de la Santa Escritura. Unían los cuadernillos con anillas y cordones.

Desde la Edad Media se volvió masiva la decoración de las encuadernaciones. Un rápido recorrido por la historia realizaría un nuevo salto con la creación de la imprenta en 1440 y la industrialización de este arte. El boom llega, probablemente, sobre fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando el diseño gráfico y la alfabetización de grandes proporciones de la humanidad acompañaron la comercialización global de libros.

Los tipos de encuadernaciones

A lo largo de la historia, se fueron desarrollando libros, cuadernos, agendas y álbumes sencillos, para la simple utilización; otras elegantes y otras de gran lujo.

Todas estas formas hoy tienen su nicho de mercado, por lo que cualquiera de ellas puede ser una buena elección a la hora de escoger cursos online y para trabajar día a día.

Utilitarios

Las encuadernaciones corrientes se encuadernaban, en otras épocas, por ejemplo, en monasterios. Dos tablas cubiertas de piel o de pergamino sin trabajo de ornamentación se ataban, se clausuraban con manezuelas metálicas o se cortaban y se cubrían con la prolongación de la piel, como hoy en día se construyen las carteras.

Así como en templos religiosos, también en las universidades se encuadernaban libros para su conservación. Se sumaban accesorios con punteras de metales como bronce o hierro. Además, para evitar su extravío, se los ataba a pupitres.

Elegantes

Otras encuadernaciones buscaban distinguirse recubriéndose de terciopelo, sobre el cual se sumaba una ornamentación de un metal precioso como la plata. Su utilización se remite a Constantinopla, alrededor del siglo V, ya que se puede ver en otras artes la representación de estas encuadernaciones. Los estampados llegaron cerca del siglo XIII.

De lujo

Las encuadernaciones más opulentas mostraron marfiles labrados, placas de metales más caros como el oro e incluso incorporaban piedras finas y esmaltes. Por su alto costo, se destinaban con exclusividad a libros litúrgicos y Evangelios.

Las más utilizadas técnicas de encuadernación

Los cursos de encuadernación enseñan cuáles son las más importantes técnicas de encuadernación. Principalmente, se dan a conocer los cuadernos compuestos por hojas sueltas unidas por pegamento en el lomo, con tapa dura; los cuadernos con hojas sueltas unidas por espirales o anillados de plástico o metal; las encuadernaciones engrapadas; y las encuadernaciones cosidas, que tienen una mayor duración.

Estos tipos de encuadernación pueden especificarse de otra manera. Entre los libros modernos, por ejemplo, el más tradicional es el de tapa blanda. Se lo llama en rústica. Puede ser en cuadernillo, o sea, con bloques de hojas, o en hoja suelta, pegadas en lomo.

El libro, cosido o pegado con cola, está forrado simplemente con una cubierta de papel o de cartón, generalmente fuerte, pero a menudo flexible, y encolada al lomo. Si los pliegos forman cuadernillos y luego se cosen, se denomina encuadernación rústica cosida. Si no hay cuadernillos, sino que las hojas van sueltas y se unen a las cubiertas directamente encoladas por su canto, se denomina rústica fresada.

En la encuadernación cartoné, conocida como de tapa dura, el libro, cosido o encolado, está forrado simplemente con una cubierta rígida de cartón, pegada al lomo. Está cubierta recubre el libro en todas sus superficies exteriores. Los planos interiores de las tapas son de papel y la parte interior del lomo es de tela o de papel.

Los amantes de los libros también suelen elegir la encuadernación intonso, que utilizan una misma impresión sobre todo el pliego, que no se corta: se pliega. De hecho, de allí viene la palabra cuadernillo: cada pliego que se dobla en forma de cruz o en cuatro, para ser incluido en un libro.

La encuadernación más amada

El hilo y el tipo de costura no solo unen partes. Fundamentalmente, le dan un toque distintivo al libro. Por eso, quienes despliegan su creatividad en el arte de la encuadernación se encariñan especialmente con sus herramientas especiales como punzó, hilo y agujas.

En el cosido lateral, en vez de cuadernillos, se unen hojas sueltas. Su principal ventaja es que permite añadir cualquier cantidad de hojas. La costura se encuentra por encima de las cubiertas, por lo que quedará a la vista y deberán ser integradas en el diseño.

La encuadernación japonesa es similar a la encuadernación lateral. Las hijas se cosen sueltas, pero en vez de hacer costuras de arriba a abajo a través de los agujeros, el hilo pasará por encima del lomo y eso permitirá hacer dibujos con él, para que el lomo sea más vistoso. Esta técnica milenaria no sólo es artística, también es más sólida.

Los cursos online permitirán aprender estos y otros secretos del mundo de la encuadernación para que, sea cual sea la forma elegida, los libros sigan haciendo historia. Sean para estudiar o para dar rienda suelta a la creatividad, no sólo se trata de escribirlos. También se trata de manufacturarlos.