Aptus | Noticias de educación, cultura, arte, formación y capacitación

Los jóvenes actuales viven en dos mundos: el real y el virtual

Así lo explicó la pedagoga Nora Rodríguez, quien señaló «estamos formando generaciones que van a tener que resolver cosas que ellos no han provocado. Y la única manera de prepararlos es uniendo lo digital a la manera de educar».

Los jóvenes de hoy crecen a la vez en dos mundos: el real y el virtual. Educar para ambos espacios es uno de los retos del siglo XXI. Así lo ve Nora Rodríguez (Buenos Aires, 1960), pedagoga, filósofa y autora de «Educar a niños y adolescentes en la era digital» (Paidós). A continuación se detallan algunas explicaciones que la especialista realiza sobre cómo educar, en ésta nueva era del conocimiento.

En la era digital los niños acumulan información pero no reflexionan sobre ella. El cerebro de las nuevas generaciones está siendo solo acumulativo y es labor de las familias y de los docentes enseñarles a integrar. Por eso uno de los grandes desafíos de la era digital es trabajar desde el currículum integrado en las aulas. Es decir socializarse también en un mundo paralelo y digitalizado, el cerebro de los niños de las nuevas generaciones tiende a desechar aquello que no está integrado. Es absolutamente necesario enseñarles a reflexionar de un modo integrado.

Actualmente, los adultos creen que la infancia es totalmente diseñada por el marketing. Los padres, la familia o los colegios piensan que un niño de dos años sabe elegir. ¡Pero un niño de esa edad no puede elegir! «Creo que hay un gran desfase entre lo que se está pidiendo que haga, lo que realmente hace y las posibilidades que tiene».

«Creo que se está haciendo un esfuerzo desde la tecnología, cuando el esfuerzo tiene que ser desde el capital humano, la comprensión de la neurobiología. Se dice que los jóvenes prefieren estar más en internet que estudiando y eso es absolutamente normal porque se socializan en dos mundos paralelos al mismo tiempo. Y el cerebro tiende a preferir aquello que está integrado y a rechazar todo lo aislado. No es que el niño no prefiera estudiar primero matemáticas, después sociales y por último historia. Simplemente es que esto viene aislado. No se trata de tener más tecnología, sino de saber integrarla creando momentos de aprendizaje significativo donde puedan incorporar todo», señala Rodríguez.

Los niños están viviendo en los dos mundos. «¿Por qué cuando un profesor escucha un móvil se pone nervioso? ¿Por qué el móvil no forma parte de algún trabajo en el aula? ¿Por qué no está integrado en las aulas? En casa el niño está cenando con sus padres, suena el móvil y el padre deja la comida para contestar ¡¿Y les pedimos que en las aulas esté apagado?! Se les recriminan cosas que los adultos hacemos…» explica.

Por otro lado, la pedagoga, hace hincapié en los videojuegos. «Éstos enseñan a tener un tipo de pensamiento que de otra manera no tienen. Y si les transmitimos a los niños que deben tener pensamiento integrado lo que no podemos hacer después es desintegrarlo. ¿Por qué las cosas iban más o menos mejor hace 100 años? Porque lo que decía la familia era lo mismo que decía la sociedad y la escuela. Hoy no es así. Estamos formando generaciones que van a tener que vivir en una sociedad donde el trabajo para toda la vida no existe y donde van a tener que resolver aquellas cosas que ellos no han provocado. Y la única manera de prepararlos es desde un lugar donde podamos unir realmente lo digital a la manera de educar. Y para lograrlo no hay que poner al niño en el centro de las disputas familiares, sino hacerlo partícipe de que puede volver sobre sus pasos o que si lastima a otro tendrá que reparar. Deben aprender a tomar conciencia de que está en manos de ellos cambiar de actitud cuando algo no va bien» expone Rodríguez.

«Por último hay que enseñar a los niños a que, desde las redes sociales, tiendan a hablar más cosas positivas, porque a una velocidad increíble lo malo se expande. Hay que empezar a educar para que las redes sociales tengan una mirada más colaborativa. Desde la familia se puede enseñar a estar en ellas desde otro lugar. Hay que enseñar que es más importante unir que desunir» finalizó la escritora.

Fuente: lavanguardia.com