Rosario tendrá la oportunidad de recibir a uno de los grandes pintores argentinos contemporáneos. Del 19 de septiembre al 18 de octubre se exhibirán en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa más de medio centenar de obras del tucumano Víctor Quiroga.
“Dentro de lo cotidiano, en este rutinario transcurrir del tiempo; las hojas de la vida del hombre caen y se renuevan una y otra vez. El universo, el transcurrir –el camino hacia un destino sea cual fuere- está inmerso en zonas, periodos y tiempos. Espacios donde lo cotidiano, lo real y lo “normal”, toma un giro no esperado en lo que sería lo racional”. Así se nutre el mundo plástico que Víctor Quiroga: de ese paisano con la mirada serena de pisar este suelo, de sus humildes tareas, de sus riñas de gallos, de la negrura de la noche en el noroeste, con sus Mulanimas y aparecidos.
Víctor Quiroga nació en Tucumán, Argentina, el 1º de enero de 1955. Estudio en la facultad de artes de la Universidad Nacional de Tucumán, bajo la dirección de Ezequiel Linares. En 1977 ganó una beca para perfeccionarse en Italia y en 1986 otra para Francia, donde vivió 8 años. Tiene 4 hijos y 5 nietos.
Participó en más de 80 exposiciones individuales y colectivas en Argentina y en numerosos países de Europa: Italia, Bélgica, Francia, España, Polonia, Suiza, Alemania y Holanda, entre ellos. Expuso en distintas ferias, como ArteBA y Expo Trastiendas, a través del centro cultural «Alberto Rougés». Recibió importantes premios: Primer Premio Salón «Lino Eneas Spilimbergo», Tucumán (1975); Primer Premio de pintura «Botticelli», Tucumán (1977); Premio Adquisición VII Salon Internacional de Pintura y Escultura, Roma (1979); Premio del Museo G. Pérez, Córdoba (1980); Primer Premio de Pintura Fundación Gillette, Buenos Aires (1982); Primer Premio Salon del NOA, Santiago del Estero (1983); Primer Premio de Pintura, Santa Fe (1984); Primer Premio Salon de pintura figurativa «José Terry», Buenos Aires (1984); Premio Fundación Pro Arte, Córdoba (1985); Premio Braque, beca del gobierno Francés, 1986; Grand Prix du Public, Festival Internacional de Peinture, Cagnes-sur-Mer, Francia (1991); Primer Premio LXXXIII Salón Nacional de Artes Plásticas, Argentina (1994); Primer Premio XL Salón Municipal de Artes Plásticas «Manuel Belgrano» Buenos Aires (1995); Primer Premio LXXIII Salón de Santa Fe (1996); Mención de Honor VI Bienal Chandon de Pintura, Buenos Aires (1997); Primer Premio Salón Nacional de Pintura, Fundación Banco de la Nación Argentina, Buenos Aires (2004); Gran Premio Adquisición del IV Salón Nacional de Salta (2007); y Gran premio CFI 50º Aniversario, Buenos Aires (2011), entre otros.
Su personalísima obra los destaca entre los plásticos argentinos más reconocidos. Actualmente vive y trabaja en Tucumán y tiene un Taller en San Telmo, Buenos Aires.
La exposición, auspiciada por el Grupo Sancor Seguros, será inaugurada el jueves 18 de septiembre, a las 19.30 horas, en la planta baja del Centro Cultural “Roberto Fontanarrosa”, San Martín 1080, Plaza Montengro, con entrada gratuita.
Cuando la mirada vuela, por Roberto Vega Andersen
Prolífica madurez pictórica, la de Víctor Quiroga. Sus relatos a pincel trascienden el oficio del ilustrador de realidades liberándose hacia sus propios mundos creativos. Así se manifiestan sus relatos misturados entre vivencias, leyendas, testimonios históricos, apariciones, mitos, costumbres, soledades, injusticias, dolores y jolgorios.
Las obras de este premiado artista tucumano convocan a través de diversos códigos, haciendo que cada espectador vibre desde la más absoluta particularidad… Están quienes reciben la fuerza del impacto cromático en sus colores saturados, vibrantes. Vemos aquellos que se deleitan con sus singulares perspectivas y puntos de fuga, y estamos los que pretendemos «leer» en cada pintura el universo mágico del noroeste argentino.
En los misterios del alma brotan sus temas; Quiroga asegura que le «llegan» y su misión consiste en plasmarlos en el lienzo. Su singularidad como artista se manifiesta en un gesto pictórico, haciendo uso de las técnicas más depuradas sin perder la espontaneidad del mensaje. El cosmos rural del noroeste deambula por su paleta y fruto de precisas pinceladas emerge en cada obra en un estallido, en una voz que mezcla la magia del ayer con las irrupciones de un presente ciudadano.
Equilibrista, Víctor Quiroga transita las alturas por una delgada cuerda que le permite unir ambas orillas, las de «Lo real y lo mágico». Nosotros, simples espectadores, nos rendimos ante la difícil de tarea de separar ambos mundos y disfrutamos de la luz que nos regala este maestro.
Quiroga, un buscador de esencias. Por Oscar Sarrulle
La muestra que el maestro Quiroga inaugurará sobre el filo de una primavera que se nos viene encima, da cuenta una vez más de su habilidad para rescatar buceando en los pliegues más opacos de la América profunda lo más genuino de su esencia.
Quiroga es un buscador de esencias y logra su cometido exprimiendo la realidad en su corazón para volcarla en la tela en clave fantástica. Como si los años vividos en París y en los ranchos de Tucumán se resignificaran mágicamente.
Al mirar la obra, las caras mutarán acaso de la sonrisa a la mueca del llanto porque transmite en la clave del realismo mágico lo que la vida misma nos deja a diario en el fondo del alma.
Hay dos momentos cruciales en la muestra: la desolación del Adicto, con los perros de la muerte sacralizando la escena y la mirada larga de Don Fumito que pita y pita en el fondo del rancho. Mención aparte merece La Calesita de los Sueños en la que vuelan, tal vez los sueños de un padre.
Informes: www.ccrf.gob.ar
Imagen: lagaceta.com.ar
