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Las distracciones no siempre son enemigas del aprendizaje

Un estudio estadounidense revela que las distracciones consistentes no afectan el desempeño de las personas en el proceso de aprendizaje

Aunque inicialmente puede pensarse que las distracciones son un problema y que dificultan el aprendizaje de una persona, un estudio pone de manifiesto que no tiene por qué ser así.

La investigación realizada por la Universidad de Brown y publicada en la revista Psychological Science constata que las distracciones no siempre son enemigas del aprendizaje. La clave está en que el cerebro puede ser capaz de integrar la división de la atención durante el aprendizaje como una señal que permite una mejor recuperación cuando se tiene una señal parecida presente.

Las habilidades motoras más aprehendidas, como la conducción, los deportes o los instrumentos, e incluso volver a caminar tras una lesión, ocurren en medio de otras cosas. Dado el constante lío en el que estamos inmersos mientras existimos, explica el investigador principal Joo-Hyun Song, el cerebro puede ser capaz de integrar la división de atención durante el aprendizaje como una señal, y ésta permite un mayor recuerdo cuando se presenta.

«La suposición latente que tienen las personas es que la atención dividida es mala: si divides tu atención, tu desempeño debería empeorar», explica el profesor auxiliar de psicología y ciencias cognitivas y lingüísticas. «Sin embargo, el aprendizaje tiene parte subsiguiente de recuperación de la habilidad. No se ha estudiado cuál es el rol de la atención dividida en la posterior recuperación de la atención».

A estas conclusiones llegaron haciendo varios estudios. En el primero de ellos participaron un total de 48 personas voluntarias que tuvieron que trabajar con un lápiz sobre una tableta para realizar la tarea centrada en localizar figuras blancas que iban apareciendo en la pantalla, mientras otro equipo realizaba una labor diferente centrada en localizar símbolos que se movían. Además, otros grupos de voluntarios tenían que realizar tareas similares en el ordenador, pero ignorando los símbolos de distracción.

Con estas funciones, los voluntarios se distribuyeron en un total de cinco grupos, teniendo todos ellos que demostrar sus nuevas habilidades posteriormente teniendo o no en cuenta los símbolos y soportando elementos de distracción bien durante el aprendizaje o durante la fase del recuerdo y en diferentes niveles (desde alto a bajo). Al analizar el estudio, los investigadores apreciaron que los sujetos en cada grupo recordaron la tarea cuando tuvieron el mismo nivel de distracción.

Los investigadores también realizaron otro segundo experimento similar en el que 50 personas tenían que realizar una serie de pruebas, pero en las que la distracción durante la fase de recuerdo de algunos de los participantes fue de diferentes formas, incluyendo también sonidos.

La prueba evidenció que no importaba cuál había sido el elemento de distracción, siempre y cuando los sujetos hubieran mantenido el mismo nivel de distracción durante la adquisición de conocimientos. De hecho, se corroboró que quienes habían tenido distracciones durante el aprendizaje y el recuerdo tuvieron un mejor desempeño que los que tuvieron distracciones sólo mientras aprendían y no al recordar la tarea al realizarla de nuevo.

Fuente: www.aprendemas.com

Imagen: Archivo de imágenes

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