La directora de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina, embajadora Magdalena Faillace, dijo respecto a la mirada de Costantino: «es movilizadora, porque aunque la figura de Eva ha sido tomada desde muchas perspectivas, el mito no se agota, es atemporal, atraviesa la historia».
Para Faillace, «este envío tiene una connotación especial porque será la primera vez que una muestra de arte ocupe el Pabellón argentino, restaurado en un tiempo récord, durante los primeros meses de 2012, antes de la exhibición arquitectónica planeada por Clorindo Testa».
El comité asesor para la Bienal de Arte estuvo conformado por Rosa María Ravera (filósofa, miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes), Adriana Rosenberg (presidenta de la Fundación Proa), Jacobo Fiterman (presidente de la fundación Alon) y Guillermo Alonso (director del museo de Bellas Artes), entre otros.
Se evaluaron las propuestas y las tres que tuvieron mayor consenso fueron presentadas al canciller y de éstas surgió la de Nicola Costantino.
«Es importante que en nuestro Pabellón se exhiba una obra de una artista, que ya tiene trayectoria, de una gran valoración y con reconocimiento internacional. Y además es altamente simbólico el tema presentado: ésta no es una obra realizada a pedido de nadie, al artista no se le pide ninguna profesión de fe, ideológica ni artística»,
Costantino, precisó Faillace, «toma a Eva Perón en su condición de mito estructurante del devenir histórico de la sociedad argentina. La obra tiene una estética visual maravillosa porque trabaja con un cruce de lenguajes, la videoinstalación, las proyecciones audiovisuales, los objetos. Algo que domina el arte contemporáneo y en especial la Bienal de Venecia.
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