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La carrera de Comunicación Social de la UNR está cumpliendo 40 años

Varios miles de estudiantes, docentes, graduados y no-docentes han pasado por sus claustros, durante estos cuarenta años transcurridos desde su fundación.

A principios de 1974 la carrera de Comunicación Social de la UNR era más una expresión de deseo que la contundente realidad académico/educativa que es hoy, constituida por varios miles de estudiantes, docentes, graduados y no-docentes que han pasado por sus claustros, durante estos cuarenta años transcurridos desde su fundación, y edificada sobre la dinámica de los debates y los combates tanto teóricos y conceptuales como políticos y sociales que ensanchan la trama de su identidad.

Dos cuestiones acerca de aquella “identidad del/la comunicador/a”, tantas veces analizada: ¿por qué “comunicación social” y no “ciencias de la comunicación”? Una discusión que alimentó encendidas polémicas y una decisión que expresa, desde los inicios, la convicción acerca del rumbo “socio” que debían asumir los saberes comunicacionales como condición de constitución de su “cientificidad”. ¿De qué otra manera, si no es en el barro comunicacional de la propia praxis, podría producir conocimientos específicos y críticos respecto de la conformación de una disciplina y de las posibilidades que ella misma ofrece a los ideales de una trasformación cultural?

En segundo lugar, esta conmemoración de calendario proyecta un haz de memoria sobre una temporalidad académica que es también –y fundamentalmente– política: una carrera creada en la intensa y brevísima “primavera democrática” de principios de los años setenta; luego, la profunda oscuridad de la dictadura cívico-militar entre 1976 y 1983 que implicó un año de cierre total y después, la recuperación de la democracia y las búsquedas –aciertos y errores–, los hallazgos, las crisis… Hasta el presente que articula de manera singular las diferentes capas de sentido (¡y los sucesivos “planes de estudio”!) que han ido definiendo y redefiniendo el campo comunicacional y el perfil de las/los comunicadoras/es. Si cada una de las cohortes estudiantiles tuviera que sintetizar la especificidad de la carrera con una frase de dos líneas, ¿qué diría?

Hoy, en la segunda década del siglo XXI, los estudios comunicacionales están siendo directamente interpelados por el conjunto de cambios –tecnológicos, la revolución digital; legislativos, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual; sociales, la creación del SIFEMA Sistema Federal de Medición de Audiencias, entre otros– que reclaman la participación –o mejor, el activismo–de conocimientos especializados que faciliten el camino hacia la ciudadanía comunicacional plena que, sin duda, se merecen. Distintas generaciones y escuelas de pensamiento han luchado por conquistarla alentadas, también, por el “deseo de comunicar” que ahora encuentra distintas expresiones y formas plurales de organización en las diversidad de carreras de grado y posgrado donde se estudia y se investiga lo comunicacional. Desde ese “deseo de comunicar” y desde el compromiso con la universidad pública se sigue trabajando para acercarse a la utopía ó seguir reconstruyéndola.

Fuente: por Lic. Elizabeth Martinez de Aguirre, Directora de la Escuela de Comunicación Social/unr.edu.ar
Imagen: fcpolit.unr.edu.ar