Patricia Ghisoli desmiente los mitos acerca del mundo del clown y cuenta por qué, en un mundo tan apurado y preocupado por el qué dirán, es tan necesario soltarse y aprender a reír.
Directora de la Escuela de Clown de Rosario, habita los territorios de las artes escénicas desde los cuatro años. Comenzó con la danza y en el medio del baile se encontró con el teatro. Las técnicas de clown abrieron el juego del escenario a la mirada de un mundo ridículo. Desde allí, fracasar es saltar, y reír es comprender.
Trabaja dictando clases, gestiona espacios de formación y producción artística en Rosario y otras ciudades del país. Es coordinadora de Talleres de Producción Pedagógica en el Ministerio de Educación de la provincia. Actuó, bailó, escribió y dirigió obras de Teatro, de Danza Teatro y de Clown.
Hacer obras es lo que más le atrae. Las crea y las revisa, las tira al aire, las suelta y salta a alcanzarlas. Cada función se multiplica.
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