El constante «sí» no es sinónimo de afecto. Por el contrario, el rotundo «no» tampoco es sinónimo de autoritarismo. Un equilibrio entre ambos que priorice las posibilidades con sus respectivos límites, garantizará una crianza con mayores niveles de autoestima, respeto, autoconfianza y seguridad.
Sumado a ello, la perspectiva de género también posibilita la reflexión en torno a cómo se cría a las infancias según sean niñas o niños. Y, en base a ello, cuándo y de qué forma suelen utilizarse los «sí» y los «no». María Florencia Evdemon vuelca todo ello en su libro «Había una vez un no» (Chirimbote, 2022).
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Había una vez un no
Esta reversión del cuento de Caperucita Roja con una perspectiva que mira desde el punto de vista de las crianzas, muestra dos mundos que se encuentran y se chocan. Por un lado, el Lobo Feroz es un personaje que creció y se crió en un ámbito donde todos fueron y son «Sí», empujándolo a la acción constante. Por el otro, Caperucita tuvo su crianza basada en los «No», las prohibiciones y el quedarse esperando.
«¿Qué pasa cuando esos mundos se encuentran en el medio del bosque?», se preguntan desde la sinopsis.
Así, este cuento funciona como disparador para pensar las crianzas desiguales en torno a los géneros. En tal sentido, las libertades serán posibles de concebirse de forma más equitativa pudiendo trabajar así los cuidados propios y ajenos en todas las personas.
Y, también, una invitación a que los «No» que tanto les dijeron a las Caperucitas, se conviertan finalmente en una acción colectiva. El material de 40 páginas y tapa rústica está recomendado para infancias a partir de 6 años, pudiendo conseguirse en formato físico en las distintas librerías del país, o de forma online a través del siguiente enlace.
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