En la Argentina quedan pocas excusas para no terminar el nivel escolar medio, obligatorio desde que se sancionó la ley nacional de educación, en 2006. La cuestión está en cursar todos los días con un profesor por cada materia y con compañeros de aula, tener tutores y un sistema semipresencial, presentar trabajos prácticos y rendir exámenes y estudiar online desde cualquier punto del país para así dar exámenes finales presenciales.
En el país, se registran siete millones de personas que no tienen terminados sus estudios obligatorios -cinco millones no completaron el secundario y otros dos millones no alcanzaron siquiera el primario-, aunque la oferta para hacerlo es variada: Fines (plan nacional disponible en todos los distritos), Adultos 2000 y su edición online Terminá la Secundaria, que se iniciará en agosto próximo (ciudad de Buenos Aires), Programa 1417 (Córdoba) y Vuelta a la Escuela (Santa Fe).
A pesar de que hay críticas sobre la profundidad de los conocimientos que se brindan en dichos programas, expertos admiten que es preferible que un adulto acepte y concluya sus estudios a que los abandone definitivamente. Lejos de la excelencia educativa de Corea, donde según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) el 98% de los ciudadanos de entre 25 y 34 años han concluido en tiempo y forma el nivel medio, en la Argentina solo lo termina la mitad de los estudiantes.
«En América latina hay tres situaciones bien distintas: en Chile, los chicos entran y terminan el secundario; en la Argentina y en Uruguay, ingresan, pero muchos no terminan, y en Brasil están trabajando en programas de terminalidad», sostuvo Gustavo Iaies, experto en educación del Centro de Estudios de Políticas Públicas (CEPP). Terminalidad le llaman los expertos a la finalización de los estudios.
«La Argentina tiene que modificar el secundario. Es necesario ordenar la escuela, tener menos materias, generar opciones. Quizá tener un sistema más parecido a lo que son los niveles medios en los Estados Unidos y Europa», dijo Iaies. Si bien admite que estos planes en nuestro país no son los mejores, Iaies prefiere hacer hincapié en que debe mejorarse el propio nivel secundario para evitar las deserciones.
Se puede decir que cada sistema de terminalidad secundaria para adultos tiene sus particularidades. Quizás el más profundo, por intentar abarcar todos los aspectos posibles, sea el desplegado en la provincia Santa Fe. Se articula entre las áreas de educación, desarrollo social y salud, según la demanda de cada distrito comunal, para tratar de ayudar a resolver los problemas del alumno y de su familia.
En Córdoba, el programa 1417 comenzó en 2010 y es para jóvenes que hayan abandonado el secundario a partir de ese año. Se trata de un bachillerato en Ciencias Sociales que reconoce los resultados previos certificados. Dispone de tutorías y de coordinación pedagógica y la promoción de las asignaturas es una vez por año.
Inicialmente, el plan Fines estaba destinado a funcionar en el lapso 2008-2011 para los mayores de 18 años que habían cursado hasta el último año pero adeudaban materias. En 2009, se inició la segunda etapa, para mayores de 18 años que no iniciaron o no terminaron la primaria o la secundaria.
En la ciudad de Buenos Aires, Adultos 2000 surgió a fines de 1999 y se extiende hasta la actualidad. Se estima que anualmente se gradúan unos 150 alumnos y tiene un plantel propio de 250 docentes.
Mauricio Macri, anunció en diciembre pasado, la ampliación de ese programa en la modalidad online y abierto a todo el país con título de la ciudad de Buenos Aires.
Si bien la primera cursada comenzará en agosto próximo, ya hay 240.869 interesados en inscribirse, de los cuales 51,26% son porteños y el resto se distribuye entre otras 20 provincias. Entre los interesados hay argentinos y también extranjeros. «Estamos en la etapa de confirmación de la documentación que se debe presentar», indicó el ministro de Educación de la ciudad, Esteban Bullrich, al indicar que no se sabe si todos los extranjeros residen en el país.
La preocupación por la terminalidad del secundario se registra en el ámbito político, entre las empresas y en muchas organizaciones del tercer sector que trabajan de manera coordinada.
La directora general de la Fundación Pescar Argentina, Silvia Rueda,, considera que uno de los mayores problemas son los mensajes truncados desde la escuela o desde la casa. «En el interior del país no es fácil encontrar escuelas nocturnas para que los jóvenes puedan terminar sus estudios», argumentó Rueda. Esa entidad ha desplegado 27 centros en todo el territorio con la ayuda de empresas de distintos rubros, que articulan el estudio y la práctica concreta de los alumnos. «Los jóvenes estudian en un turno y, en el contraturno se capacitan en uno de nuestros centros. Hay capacitaciones de seis y de nueve meses para alumnos del último año del secundario para obtener su primer empleo», dijo.
Fuente: La Nación
Imagen: abuelosmodernos.com
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