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El sistema de valores influye en la elección vocacional

En un mundo de continuos cambios en el que la toma de decisiones parece cada vez más difícil, la orientación vocacional es una útil herramienta a la hora de elegir un camino

José Eduardo Moreno, investigador independiente del CONICET en el Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental “Dr. Horacio J. A. Rimoldi” (CIIPME – CONICET) junto a otros investigadores del Centro, publicó recientemente el libro «Claves para la evaluación y orientación vocacional. Valores, proyecto de vida y motivaciones», donde se abordan conceptos teóricos y herramientas para que los orientadores puedan facilitar y apoyar a los jóvenes en la elección vocacional, promoviendo su libertad y realización personal.

“Antiguamente uno entraba a un banco como cadete y llegaba a gerente por la formación recibida en el lugar de trabajo. Hoy en día para tener posibilidades de ascenso en una entidad bancaria es conveniente incorporarse cuando ya uno es contador, y mejor aun cuando ya se tiene un master. Estos cambios han modificado la orientación vocacional, proceso que antes se daba al final de la primaria pero que se va prolongando y dentro de poco va a extenderse hasta de la mitad de la vida. La orientación vocacional desarrolló determinadas escalas de preferencias ocupacionales y tests de aptitudes y competencias, pero no se trabajó demasiado en la relación existente entre los valores y las preferencias vocacionales. Las técnicas que presentamos en este libro apuntan a ese lugar intermedio de valores relacionados con las motivaciones personales”, explica el investigador.

Moreno sostiene que en una época se enfatizaba el brindar información acerca de los contenidos de la carrera, de las asignaturas a estudiar, porque se pensaba que eran muy importantes, pero hoy en día no es así: «Saber algo de las asignaturas es importante quizá para que la persona tolere alguna que no le gusta, pero no es el quid de la elección vocacional. Hoy en día hay que centrarse más en el desempeño del rol profesional y ocupacional porque inclusive en una misma profesión hay exigencias y desempeños muy diversos. Es importante, además de tener cierta información de la carrera, tomar contacto con profesionales. El problema es que al haber tantos desempeños se vuelve más difícil, antes alguno tenía un amigo médico o pariente abogado, al haber tantas carreras es un poco más difícil pero durante el secundario, en la medida que la persona se vaya definiendo, puede acercarse a los lugares de desempeño profesional».

El investigador sostiene que el sistema de valores de una persona influye en la elección vocacional: «Hay carreras como las de salud o trabajo social donde la motivación altruista tiene que estar, lo que pasa es que no todas las personas relacionan un valor con su carrera. Uno puede valorar mucho lo estético o lo deportivo pero no considera que estas actividades puedan ser su medio de vida. La elección vocacional es donde se insertan el valor y el trabajo. Si elige medicina tiene la obligación de ser médico en todo momento más allá del consultorio y hay muchos que los toman como una misión, como un modo de vida, por ejemplo los ‘Médicos Sin Fronteras’. El tema de la relación de un valor con un trabajo es muy importante, hay carreras que lo exigen más y otras en las que no hace tanta falta el altruismo para el compromiso profesional. Hoy en día un problema importante en la inserción laboral que a nosotros nos preocupa es la falta de habilidades sociales, sobre todo en los sectores más bajos».

Con respecto a los jóvenes que cambian constantemente de carrera, el investigador explica que esos conflictos en la elección vocacional no están relacionados con la falta de información, sino a trastornos psicológicos que inciden o que hacen postergar la elección: «Si un adolescente tiene un problema familiar, la elección vocacional pasa a un segundo término o está un poco supeditada a eso y requiera quizá algún apoyo clínico o administrar tests más focalizados que lo ayuden a elegir. Respecto de la orientación vocacional como predictora del éxito académico y profesional hay que tener un poco de cuidado, hay gente que está muy definida desde chico en una profesión y luego en el desempeño de la carrera y el profesional quizá no es del todo bueno. Y otros que aparentan tener un conflicto vocacional, que no se definen pero son personas que tienen mucha motivación de logro, quieren ‘ser alguien’, ser el primero, el mejor, tienen éxito en la carrera y en el desempeño profesional por esa fuerte motivación».

Por último, acerca de cuáles son las motivaciones que más se repiten entre los jóvenes a la hora de elegir una carrera, Moreno explica: «Uno podría pensar que las motivaciones más fuertes son el éxito, el prestigio, el reconocimiento social o las aspiraciones económicas. Estas son motivaciones que están presentes pero últimamente se le da mucha importancia a la posibilidad de satisfacción en la tarea, realización en el trabajo, búsqueda de un buen clima y ascenso laboral. Hoy en día, incluso en la inserción laboral mucha gente, sobre todo joven, abandona un empleo bien rentado por estos temas de clima de trabajo y por las posibilidades de realización personal. Por ejemplo, si requiere muchas horas y no les permite hacer otras actividades, lo dejan. Además, uno pensaría que en los últimos años la gente joven es menos dependiente de la familia o no sigue tanto los mandatos familiares. Quizá no se da tan autoritariamente como en otras épocas pero la influencia sigue siendo muy grande e inclusive es admitida por los propios adolescentes».

Fuente: www.conicet.gov.ar

Imagen: www.surveybee.es