Esta nueva forma de interacción digital ofrece un sinfín de oportunidades para la educación, revolucionando el proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Qué es el Metaverso?
Seguramente conoces (o has jugado) a Fortnite, Minecraft o Second Life. Estos juegos son ejemplos de metaversos: mundos virtuales a los que se accede mediante un avatar, nuestro ‘gemelo digital’, y en los que, gracias a dispositivos específicos, podemos movernos, sentir y actuar como en el mundo real.
En el ámbito educativo, este tipo de herramientas puede tener un impacto significativo. Los docentes y estudiantes podrían asistir a clases, recorrer campus virtuales e interactuar con sus compañeros sin moverse de sus hogares. Además, se podrían llevar a cabo actividades complejas que en el mundo real serían difíciles o imposibles, como pilotar un avión, explorar el fondo del mar o viajar al espacio.
Realidades alternativas y su rol en la educación
Para hacer esto posible, es fundamental el uso de tecnologías como la realidad mixta, la realidad virtual (RV) y la realidad aumentada (RA). Estas herramientas llevan tiempo utilizándose en el ámbito educativo, ya que facilitan un aprendizaje más vivencial y en primera persona.
Si bien actualmente basta con un dispositivo con conexión a Internet, auriculares y micrófono para acceder a un metaverso, la idea es que en el futuro estas experiencias sean totalmente inmersivas. El uso de gafas de RV, guantes hápticos y otros dispositivos permitirá a los usuarios interactuar como si realmente estuvieran dentro del entorno digital.
Los beneficios del metaverso en la educación están estrechamente relacionados con los de las tecnologías inmersivas. Algunos de ellos son:
- Aumento de la motivación del alumnado.
- Mayor implicación en el proceso de aprendizaje.
- Mejor asimilación del conocimiento.
- Estímulo de la creatividad.
- Desarrollo de una mayor conciencia de uno mismo.
- Posibilidad de vivir los contenidos en primera persona.
A pesar de sus ventajas, los expertos advierten que el metaverso no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para enriquecer la enseñanza. Se espera que complemente la educación tradicional, convirtiéndose en un recurso más para potenciar determinados aprendizajes.
Aplicaciones del metaverso en el aula
Aunque los metaversos educativos aún están en sus primeras etapas, algunas iniciativas han demostrado su potencial. Uno de los proyectos más destacados es Educaverse, una plataforma creada por la startup sevillana Educa360, con el apoyo del Programa Minerva de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y Vodafone. Esta herramienta permite a los centros educativos generar y alojar contenidos en 3D, organizar eventos, ferias, congresos y programas formativos.
Asimismo, varias universidades han desarrollado sus propios metaversos. Las universidades CEU están replicando sus campus en un entorno virtual, mientras que IEBS ha trasladado sus eventos en línea al metaverso para ofrecer experiencias más inmersivas. Por otro lado, CampusNet lleva años construyendo un campus virtual con el objetivo de convertirlo en una plataforma de formación basada en esta tecnología.
El metaverso representa una oportunidad emocionante para la educación, abriendo las puertas a nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, es fundamental utilizarlo con criterio, asegurando que su implementación tenga un impacto positivo en la formación de los estudiantes y que se integre de manera efectiva con los métodos tradicionales.
A medida que la tecnología avanza, el metaverso podría convertirse en un componente clave del futuro educativo, proporcionando experiencias enriquecedoras y personalizadas para cada estudiante.
Fuente: Educación3.0