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El cambio está en los docentes

La especialista en Educación, Carina Cabo, expone diferentes propuestas interactivas y dinámicas para que los docentes trabajen en el aula

Materias atomizadas, con tiempos y espacios rígidos, son la desdicha de los estudiantes del nivel secundario. Profesoras que entran y salen, quienes exponen sabiamente su asignatura en el frente y sostienen el “como si…”como fundamento de su trabajo y como condición de cumplir su función, haciendo como si ellos enseñaran y como si los estudiantes aprendieran.

Sumado a ello, comúnmente, en el aula, se usan textos fotocopiados, huérfanos de autor y de otros datos necesarios para poder entender de qué va la clase. La “fotocopia”, tal como se la conoce en la escuela es lo que pasea de carpeta en carpeta, esperando que algún alma caritativa la lea y haga el resumen para muchos.

Otro tema fundamental son los textos digitalizados. Se solicita información de Internet sin pautas claras que le permitan al estudiante indagar con ciertas reglas para evitar la navegación caótica.

Ahora bien, ¿Es posible pensar un cambio desde adentro? Es posible con voluntad férrea de querer que los alumnos aprendan. Esto implica un trabajo previo de selección y organización de contenidos, de bibliografía y de estrategias adecuadas a esos sujetos y ese contexto.

Algunas propuestas para trabajar en el aula:

  • Llevar el libro completo y hacerlo circular entre los estudiantes. Las “fotocopias”, sin datos del autor y de la fuente, afianza, sin dudas, las dificultades para abordar el conocimiento en su complejidad.
  • Si hay libro fotocopiado, incluir la tapa y el índice del libro a fin de tener una mirada globalizada.
  • Presentar la biografía de los autores de cada texto que damos para leer, enmarcando su postura teórica.
  • Orientar la interpretación del texto a través de guías, con categorías de análisis, y retomar en clase la discusión sobre lo leído. “La lecturabilidad no es una propiedad inherente al texto, sino el resultado de una interacción entre un conjunto de características particulares del texto y las características del procesamiento de la información de los lectores individuales” (Zakaluk y Samuels,1988).
  • Situar el contexto de producción de dichos textos; quién, cuándo y dónde lo escribió el autor.
  • Reconocer en las lecturas qué dicen y qué no dicen dichos textos.
  • Leer un párrafo del autor donde cite a otro y preguntar por qué les parece que lo hace, si para apoyarse en la teoría del otro o para cuestionarla.
  • Elaborar escritos en relación a una temática, reconociendo que, al decir de P. Carlino (2005), debemos enseñar a escribir para que puedan apropiarse de las convenciones discursivas de la disciplina. Los estudiantes sólo asimilan lo enseñado en la medida en que se involucran activamente en los temas de cada asignatura; por tanto, escribir sobre las temáticas es una forma de adueñarse del contenido disciplinar.
  • Analizar películas/ clases filmadas a fin de construir conocimiento.
  • Trabajar no sólo con películas ya realizadas, proponer que filmen un video, con escenas escritas y actuadas por ellos mismos en relación a una temática disciplinar.
  • Analizar imágenes para trabajar las características de una temática. Atendiendo que la interpretación que hacemos de una imagen como lectores, involucra competencias que van más allá del fenómeno perceptivo, puede deducirse que las funciones de la imagen son impactar y movilizar, simplificar la descripción de procesos, trabajar el pasado, entre otras.
  • Búsqueda individual de artículos periodísticos para explicitar en clase, frente a otros estudiantes; ayudados previamente a leer comprensivamente y conceptualizar lo que el autor/ editor propone.
  • Uso de historietas, como disparadores de temáticas. Con respecto a ellas, se hace referencia a la narración de historias por medio de imágenes, cuyos orígenes más remotos se encuentran en las pinturas rupestres, los ideogramas egipcios, las pinturas románicas, los códices mejicanos, las filacterias medievales, las aleluyas, algunos grabados del siglo XIX , etc. Según L Socassau (1998), la narración puede desarrollarse sin texto (historias mudas o sin palabras) o con texto, estando constituido, en este caso, por los diálogos de los personajes, incluidos en bocadillos o globos, y por los textos de apoyo, que cumplen una función narrativa, y todo ello dentro de un espacio delimitado por una línea cerrada llamada viñeta.
Por Carina Cabo - Doctoranda en Educación (UNR). 

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