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Educación Sexual: 10 tips de éxito para hablar a los hijos de sexo

«El colegio ayuda, pero su acción es subsidiaria y complementaria, no puede reemplazar a los padres: la impronta y perfil en la educación sexual la dan ellos», según la Ps. Bicecci

Liliana Pérez Bicecci es Psicóloga, orientadora familiar y madre de 10 chicos: toda una autoridad para hablar sobre la educación sexual de los hijos. La ocasión fue una conferencia en el Colegio Mirasoles, de Apdes Rosario, que convocó a padres de jardín de infantes, nivel primario y secundario, ávidos por contar con herramientas para abordar estos temas con efectividad. En esta nota van los puntos más importantes de su presentación:

1. El gran éxito de la educación sexual es que los padres sean los primeros y principales educadores en afectividad y sexualidad, porque es un tema muy sensible, fundamental en la vida de los hijos.

2. El colegio ayuda, pero su acción es subsidiaria y complementaria, no puede reemplazar a los padres: la impronta y perfil en la educación sexual la dan ellos, porque tienen presencia desde que la criatura se gesta o se sueña -en el caso de la adopción-, y son autores de la personalidad de sus hijos.

3. Los chicos están mirando a sus padres todo el tiempo. Unos padres dispuestos a dar la vida en el esfuerzo cotidiano, en la creatividad de ser un GPS que recalcula todo el tiempo, se queda instalado en la vida del hijo indefectiblemente. Las pantallas educan a los niños que carecen de una presencia continua e interesada de los padres. A más ausencia, más pantallas.

4. Hay que atreverse a hablar con los niños de la sexualidad: explicar estos temas a solas con el hijo, con gradualidad, mirando a los ojos, preguntando si quiere saber, con sinceridad, apertura, cercanía y amor.

5. Con hijos de 0 a 10 años, los padres han de ser testimonios vivientes y muy presentes; de 10 a 20 años: testimonios estratégicos que acompañan, pues el adolescente rechaza la presencia paterna.

6. Los límites colaboran en la formación de la conciencia moral del chico: aprender a discernir lo que está bien y lo que está mal.

7. En la niñez y en la adolescencia se pueden recibir muchos datos, pero pasan por el tamiz de las emociones y los chicos no integran esa información. Un adolescente aprende sobre las enfermedades de transmisión sexual, pero su sentimiento de omnipotencia lo filtra y piensa: a mí eso no me va a pasar. Pesa más la emoción que la información.

8. El método para hablar con los adolescentes: escucho, escucho, escucho, sin espantarme y, después, que se den cuenta, dejarlos “parir” la idea.

9. No lavarse las manos: la vivencia de la sexualidad atraviesa la vida de los hijos y la falta de coherencia entre colegio y familia genera quiebres en sus creencias y valores. La educación sexual de los hijos es una ocasión tan delicada e íntima que no puede ser desaprovechada.

10. La regla de oro en la educación familiar: estar atentos, darse cuenta y hacerse cargo. La primera exigencia de los padres es consigo mismos, los hijos son una maravillosa oportunidad de desarrollo y crecimiento personal.

Imagen: elesquiu.com