En ese proceso, la educación emocional se vuelve un pilar clave. Porque saber qué siento, por qué lo siento y qué puedo hacer con eso es tan importante como resolver un problema matemático.
¿Qué es la educación emocional?
Es el proceso a través del cual los niños adquieren habilidades para:
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Reconocer y nombrar sus emociones,
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Manejar el estrés y la frustración,
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Empatizar con otros,
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Tomar decisiones responsables,
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Construir relaciones positivas.
Estas competencias forman parte de lo que se conoce como aprendizaje socioemocional, y hoy están presentes en las principales propuestas pedagógicas del mundo.
¿Por qué es importante abordarla en la escuela?
📌 Porque las emociones influyen en el aprendizaje. Un niño que está triste, enojado o ansioso no puede concentrarse ni aprovechar las propuestas escolares. Regular sus emociones mejora su rendimiento y bienestar.
📌 Porque la escuela es un espacio social clave. Allí se relacionan con pares, enfrentan desafíos y viven experiencias que requieren habilidades emocionales.
📌 Porque muchas veces la escuela es el primer lugar donde se detectan dificultades emocionales. Y puede convertirse en un espacio de contención y acompañamiento.
¿Cómo trabajar la educación emocional en el aula?
No se trata de sumar otra materia, sino de integrar lo emocional en lo cotidiano. Algunas estrategias:
🧠 1. Nombrar las emociones
Incorporar vocabulario emocional desde pequeños: alegría, enojo, vergüenza, miedo, orgullo. Preguntar “¿cómo te sentiste hoy?”, usar caritas, colores o termómetros emocionales.
🎨 2. Expresar a través del arte
El dibujo, la música, la dramatización y el juego simbólico son vías naturales para que los chicos expresen emociones y exploren cómo se sienten.
🗣 3. Promover espacios de diálogo
Rondas de conversación al inicio o al cierre del día, momentos para compartir cómo están o qué les pasó. Hablar de emociones sin juzgar es una gran herramienta para desarrollar empatía.
📚 4. Usar cuentos o situaciones ficticias
Los personajes de los cuentos atraviesan conflictos y emociones. Aprovecharlos como disparadores para reflexionar: ¿qué siente este personaje?, ¿qué podría hacer?, ¿te pasó algo parecido?
💛 5. Validar las emociones
Es clave enseñar que todas las emociones son válidas, aunque no todas las conductas lo sean. Se puede estar enojado sin lastimar, o triste sin quedarse solo.
Rol del adulto: enseñar con el ejemplo
Los docentes son referentes emocionales. Su modo de reaccionar, de escuchar, de contener o de poner límites deja huella. Modelar calma, empatía y respeto es tan educativo como cualquier clase.
Además, trabajar las emociones no es solo para los chicos. También implica cuidar el clima escolar, acompañar a las familias y generar espacios donde los adultos puedan revisar sus propias emociones.
Recursos útiles para empezar
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Ruedas o termómetros emocionales
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Diarios personales o murales del estado de ánimo
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Juegos de cartas con emociones
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Cuentos como “El monstruo de colores” o “¿De qué color es un beso?”
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Mindfulness o respiraciones conscientes
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Aulas de calma o rincones de tranquilidad
Educar las emociones no es una moda: es una necesidad. En la escuela primaria, donde los chicos están formando las bases de su vida emocional, crear espacios seguros, empáticos y respetuosos es una tarea educativa fundamental. Porque un niño que aprende a reconocer lo que siente es un niño que podrá crecer, convivir y aprender mejor.